Enrique Sánchez Motos
Administrador Civil del Estado
Los resultados de las elecciones autonómicas andaluzas del 2 de diciembre han sido implacables: 59 diputados de centro y derecha, frente a los 50 de la izquierda. El mensaje parece claro: el PSOE que ha regido la Junta durante 36 años, debe dejar el poder pues, ni con el apoyo de Podemos/Adelante Andalucía, alcanza la mayoría.
Ha llegado el tiempo de la mayoría de centroderecha. Pretender un gobierno de Ciudadanos con el apoyo del PSOE, con la abstención de Podemos/Adelante, parece imposible. Además, tendría un coste terrible para Ciudadanos en las futuras elecciones europeas, generales o autonómicas que se celebren en España. Muchos españoles esperan una solución sencilla y de sentido común: un gobierno tripartito de PP, Cs y Vox, presidido por el PP y con la presidencia del Parlamento Autonómico para Cs. Todo ello acompañado de un pacto de legislatura entre PP, Cs y Vox, en el que los tres partidos deberán renunciar a algunos aspectos de sus respectivos programas, ya que ninguno cuenta con mayoría absoluta para imponerlos.
PP y Cs están bastante próximos. Cooperan en otras autonomías, como la de Madrid. Pero se encuentran ante un difícil dilema. ¿Cómo lograr el apoyo de Vox y mantener a la vez una cierta distancia? Casado ha abjurado del 155 de Rajoy y Cs ha dejado de “desaconsejar el uso del 155”, como hacía en septiembre de 2017. Hoy son más contundentes, pero son meras palabras, no hechos demostrados. Pretenden ser opciones diferentes entre sí y de Vox.
La realidad es que los tres tienen muchas coincidencias. La visión de Estado y el interés de España debería prevalecer, pero habrá que demostrarlo con los hechos. En el tema de la inmigración, varios países europeos -Hungría, Austria, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Croacia, Bulgaria y posiblemente Italia- rechazan firmar el Pacto Mundial de las Migraciones. Esto sintoniza mucho con Vox.
Las propuestas de Vox colocan a PP y Cs ante la necesidad de definir sus respectivas políticas españolas, más allá de Andalucía, de cara a próximas elecciones como las municipales de Barcelona. Vox se enfrenta al dilema de cuánto ceder, u oponerse, a una oferta conjunta que le hagan PP y Cs. ¿Estará dispuesto a renunciar a sus propuestas clave, sobre inmigración, devolución de competencias educativas al Estado, derogación de la Memoria Histórica, supresión de Canal Sur? No apoyar a un Gobierno de centroderecha le podría costar caro, sobre todo si de ello se derivara una prórroga del poder del PSOE en Andalucía.
Pero podrían acordarse fórmulas intermedias sobre la implantación de las citadas medidas, así como su presencia institucional en la mesa del Parlamento y su participación en un gobierno de coalición. Estar en el gobierno sería muy valioso para demostrar capacidad de gestión, superadora de la corrupción y el nepotismo. Eso no impediría que las medidas que Vox propone, y que no hubiesen sido aceptadas íntegramente, sigan siendo parte de su programa en futuras elecciones en España.
Los tres partidos PP, Cs y Vox se encuentran ante sus particulares dilemas, pero es de agradecer que se empiecen a plantear temas clave de la política española. Ya era hora de que el centro derecha aborde cuestiones esenciales.
11/12/2018. © Todos los derechos reservados