<h6><strong>The Diplomat</strong>. 26/11/2018</h6> <h4><strong>El valor jurídico atribuible a las declaraciones del Consejo Europeo y de la Comisión Europea y del Gobierno británico sobre la capacidad de España para tener la ultima palabra en las negociaciones del futuro de la relación de Gibraltar con la UE centró el debate ayer en nuestro país.</strong></h4> Mientras en Bruselas se daba luz verde al acuerdo para la salida del Reino Unido de la Unión, tras levantar España su amenaza de veto, los líderes de la oposición acusaban al Gobierno de Pedro Sánchez de haber aceptado unas declaraciones sin valor jurídico alguno, tal como el día anterior afirmaba el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, y de no haber conseguido modificar el artículo 184 ni la Declaración Política del Brexit. En plena campaña de las elecciones andaluzas, el presidente del PP, Pablo Casado, afirmó que el acuerdo es “algo vergonzante para la Historia de España” y añadía que “a este Gobierno la UE le ha perdido el respeto”. Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, acusaba a Sánchez de “no haber atado un papel vinculante” y agregaba que se trataba del “timo de la estampita”. En defensa del Ejecutivo español, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, calificó de positivo para España el acuerdo, mientras el propio Sánchez insistió en que si bien “con el Brexit perdemos todos, respecto a Gibraltar España gana”. El presidente del Gobierno rechazó las críticas provenientes de la oposición y afirmó que "la UE reconoce el liderazgo de España en la negociación con Gibraltar". Según Sánchez España está en una posición de fortaleza como nunca hemos estado en estas décadas de pertenencia a la UE para poder negociar la cuestión de Gibraltar con Reino Unido. Por eso, cree que en la fase que ahora arranca se podrá hablar de todo, incluyendo el asunto de la soberanía. Sin embargo, la primera ministra británica, Theresa May, afirmó ayer desde Bruselas: "Hemos negociado y vamos a seguir negociando para la totalidad de la familia del Reino Unido”. Y agregó que se siente orgullosa de que Gibraltar sea británica y que “su estatus constitucional no va a cambiar”.