<h6>Los dos equipos forman antes del partido./ Foto: <strong>RFEN</strong></h6> <h6><strong>The Diplomat.</strong> 07/11/2018</h6> <h4><strong>La ministra de Cultura israelí, Miri Reguev, pidió ayer a su colega español, José Guirao, que interviniera para que el partido de waterpolo femenino entre España e Israel se pudiera disputar sin problemas, a pesar de las acciones del movimiento propalestino BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) contra el país hebreo.</strong></h4> En una carta a Guirao, Reguev reclamaba al Gobierno español que actuara para evitar que el movimiento BDS, al que calificaba de antisemita, “rompa las reglas de la competición” y para garantizar “la seguridad y el bienestar de las deportistas”. Las peticiones de la ministra, sin embargo, no lograron su objetivo, ya que el partido, perteneciente a la Liga Mundial de Waterpolo femenino, no se celebró como estaba previsto. El encuentro iba a ser disputado en Molins de Rei, pero el boicot del BDS, al que se unió también la CUP-Capgirem, obligó a trasladarlo inicialmente a la piscina Sant Jordi de Barcelona. Tampoco en San Jordi se pudo celebrar el partido, porque la CUP, además de presionar al Ayuntamiento barcelonés, que dirige Ada Colau, anunció una concentración del BDS con el lema “No eres bienvenido”, en referencia al equipo israelí. Sensiblemente molestas con la situación, las autoridades israelíes se mostraban partidarias de cancelar el encuentro, pero finalmente, tras la intervención de la FINA (Federación Internacional de Natación) se alcanzó un acuerdo, por el que el partido se disputó a puerta cerrada y tres horas antes de lo previsto, en las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento de San Cugat del Vallés, con el resultado final de 11-5 a favor de la selección española.