Geert Bourgeois./ Foto: www.geertbourgeois.be
The Diplomat. 18/10/2018
El ministro-presidente del Gobierno de Flandes, Geert Bourgeois, pidió ayer al ministro de Exteriores de Bélgica, Didier Reynders, que convoque a la embajadora de España en Bruselas, Beatriz Larrotcha, en respuesta a la decisión de España de retirar el estatus diplomático a su delegado en la Embajada en Madrid, André Hebbelinck, un acto que calificó de “muy hostil” e “inédito en la historia de la UE”.
La respuesta del Gobierno belga llegó a través del vicepresidente del Gobierno federal y ministro de Exteriores, Didier Reynders, quien considera que la polémica abierta por las críticas de las autoridades flamencas a la democracia española es «un problema entre España y Flandes». «Si las autoridades flamencas quieren hacer llegar algún tipo de mensaje a las autoridades españolas, se hará a través de la embajada de Bélgica en Madrid», declaró a Europa Press un portavoz de su departamento.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell, convocó este pasado martes al embajador de Bélgica en Madrid, Marc Calcoen, para anunciarle, entre otras cosas, la retirada del estatus diplomático al delegado del Gobierno de Flandes en España, André Hebbelinck, en represalia por las “reiteradas descalificaciones” del presidente del Parlamento de Flandes, Jan Peumans.
«Esto no ha sucedido nunca en la Unión Europea, ni desde el establecimiento de la Comunidad Europea del Carbón y del Estado (CECA) en 1952 ni, probablemente, desde 1945», declaró Bourgeois a Radio 1 (VRT).
Horas más tarde, el propio Bourgeois anunció ante el Parlamento flamenco que había pedido a Reynders que convocada a la embajadora española. A juicio del presidente flamenco, con estas medidas están en juego tanto la libertad de expresión como la separación de poderes, ya que, precisó, el delegado de Flandes es un representante del poder ejecutivo y Peumans representa al poder legislativo.
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Flandes calificó de «muy hostil» la retirada del estatus diplomático a su delegado en Madrid
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Al respecto, Borrell declaró posteriormente en los pasillos del Congreso que no tenía “ninguna noticia” sobre la posible convocatoria de Larrotcha y dejó claro que, en todo caso, esa medida corresponde al Gobierno de Bélgica y no al de Flandes. “Tranquilos, no pasa nada”, añadió.
Poco antes, el ministro admitió, también en los pasillos del Congreso, que la decisión de retirar el estatus diplomático a Hebbelinck “es ya en sí un conflicto diplomático” al que no se debe “quitar importancia” y advirtió de que “España no puede permitirse que, una vez tras otra, el presidente de un Parlamento, actuando como tal, diga que somos un país que tiene que ser expulsado de la UE”. “Hemos advertido tres veces, y a la tercera va la vencida”, manifestó.
El Gobierno ha convocado hasta tres veces al embajador belga en las últimas semanas a causa de unas declaraciones del presidente del Parlamento flamenco. En esta ocasión, según el Ministerio de Asuntos Exteriores, el motivo fueron unas declaraciones pronunciadas la semana pasada por Peumans -del partido nacionalista de la Nueva Alianza Flamenca (NV-A)- durante la inauguración de una exposición en la sede del Parlamento de Flandes dedicada al proceso secesionista catalán, y a la que asistió el ex presidente catalán Carles Puigdemont, en las que comparó el encarcelamiento de los líderes independentistas con el conflicto de los Balcanes.
Al respecto, el propio Peumans declaró ayer que estas informaciones son una “gran mentira” y aseguró que, durante la citada inauguración, se limitó a repetir los mismos términos que había transmitida en carta a la ex presidenta del Parlament catalán Carme Forcadell, en las que acusó a España de no cumplir “las condiciones para ser parte de una Unión Europea democrática» y que causaron la primera protesta formal del Gobierno de Pedro Sánchez el pasado 20 de septiembre. Asimismo, Peumans denunció que lo que realmente molestó al Ejecutivo español fue la presencia de Puigdemont en el acto.
Hasta la fecha, el Gobierno belga ha optado por mantenerse a cierta distancia del conflicto y se ha limitado a recordar que “la política exterior de Bélgica la decide el Gobierno federal y no el señor Peumans”. Fuentes diplomáticas han indicado a The Diplomat que en el propio Gobierno de Bruselas empieza a haber un poco de “hartazgo” por las repercusiones que el conflicto catalán está empezando a tener en su país e incluso en su política interna.
Al capítulo de Peumans se unen otros episodios de tensión recientes relacionados con el conflicto catalán, como la admisión por parte de la Justicia belga de una demanda civil presentada por Puigdemont y otros cuatro exconsejeros catalanes contra el juez Pablo Llarena; las críticas del primer ministro belga, Charles Michel, a la actuación policial del 1-O y en favor de una mediación europea o internacional en la crisis catalana (Michel preside un Gobierno de coalición en el que participa NVA); las declaraciones del vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, el nacionalista flamenco Jan Jambon, en las que criticó a la Justicia española y se mostró dispuesto a conceder refugio político a los prófugos; o la decisión de la Justicia belga de hacer caso omiso a la euro-orden que España había lanzado contra Puigdemont y varios exconsejeros.