Vista de la Tribuna Real al paso de una Compañía del Regimiento «Galicia» Nº 64 de Cazadores de Montaña./ Foto: Casa de SM el Rey
The Diplomat. 13/10/2018
Pitos, abucheos, petición de convocatoria de elecciones y gritos de “okupa” fue lo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo que escuchar ayer al llegar y al abandonar la tribuna desde la que siguió, junto a los Reyes, el desfile militar con motivo del Día de la Fiesta Nacional.
Grupos de personas congregadas junto a la tribuna de autoridades, en el Paseo de la Castellana, acogieron la llegada del automóvil en el que viajaba Sánchez con silbidos, gritos de “fuera”, abucheos, y hasta algún insulto, una actitud que se repitió cuando el jefe del Ejecutivo se situó junto a otras autoridades y cuando abandonó la zona, tras concluir el desfile.
No es la primera vez que un presidente del Gobierno vive esta situación y el propio Sánchez comentó después, en el Palacio Real, conversando informalmente con varios periodistas: “No voy a ser menos que Gónzalez y Zapatero”.
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Decenas de miles de personas marchan por la unidad de España en Barcelona
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Más allá de estos incidentes, el desfile, en el que participaron unos 4.000 militares de los tres Ejércitos y 152 vehículos, además de efectivos de la Guardia Civil, de la Policía Nacional, servicios de Protección Civil de comunidades autónomas y Ayuntamiento de Madrid, y Salvamento Marítimo, se desarrolló bajo una lluvia intermitente.
La principal novedad fue que el Rey situó a su derecha no a la Reina, sino a su hija Doña Leonor, la Princesa de Asturias, en un gesto interpretado como un deseo de remarcar la continuidad de la Corona, cuando los partidos independentistas catalanes y Podemos han reforzado sus ataques a la Monarquía.
Mientras, en Barcelona, decenas de miles de personas -300.000, según los organizadores y 65.000, según la Guardia Urbana- salían a la calle en defensa de la unidad de España y para reclamar “respeto al Rey y los símbolos de España, como el himno y la bandera».
Una vez concluida la recepción en el Palacio Real, los Reyes se desplazaron a Mallorca para expresar su cercanía con los vecinos del municipio de Sant Llorenç des Cardassar, afectado el pasado martes por graves inundaciones en las que han muerto, al menos, doce personas.