Enrique Miguel Sánchez Motos
Administrador Civil del Estado
Pablo Casado ha derrotado con el 57% de los votos de los compromisarios a Soraya Sáenz de Santamaría, la ex presidenta de la Generalitat catalana durante los siete meses de aplicación del 155. El congreso del Partido Popular, sin decirlo explícitamente, ha manifestado que su gestión fue absolutamente intolerable y nefasta. Evidentemente no se han utilizado estos términos en el Congreso para guardar las formas, pero probablemente estaban en la mente de muchos de ese 57% de compromisarios que han optado por votar a Casado.
El congreso del Partido Popular ha dado carpetazo al grave error histórico del Gobierno de Rajoy y de su vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Eso es bueno para España. Ha llegado la hora de un nuevo PP, dirigido por un joven palentino de 37 años que parece tener ideas más claras sobre lo que es prioritario para España. Poco a poco se ha ido filtrando, de forma suave pero perfectible, la diferencia entre la Soraya continuista del 155 de Rajoy y un Casado que ha comprendido que los tres millones de votos que ha perdido el Partido Popular tienen como principal causa su débil actuación ante la declaración unilateral de independencia catalana.
La unidad de España será una línea estratégica clave del inmediato futuro político para todos los partidos españoles, tanto de Gobierno como de oposición. No es aceptable, y no se da en ningún país de Europa, la situación esperpéntica de que el idioma nacional sea discriminado en las comunidades bilingües. No cabe hablar de convivencia democrática mientras que esto ocurra. Llega el momento de que todos los partidos que se consideren españoles, es decir aquellos que afirman la unidad de España, se pongan las pilas.
Muy probablemente Casado va a poner alto el listón. En su toma de posesión tan sólo le ha faltado la guinda del himno nacional. Un número creciente de ciudadanos está harto de que vivamos en un país en el que el uso de la bandera nacional o el himno nacional puedan ser tildados de fascismo.
Se necesita incrementar la solidaridad y para ello necesitamos una España productiva. El derroche en el gasto público, el incumplimiento del objetivo de reducción del déficit, el incremento de la deuda pública, todo ello puede financiar hoy gastos alegres, pero serán una pesada losa para el mañana. Los partidos deben ofrecer propuestas que generen realmente empleo, además de asumir un papel beligerante contra la corrupción económica y la prevaricación política.
Obras son amores y no buenas razones. VOX es en la actualidad el partido que más firmemente está planteando denuncias ante los tribunales para evitar que, por intereses de partido, graves delitos contra el interés general de los españoles puedan quedar sin ser juzgados. Sería muy convenientes que el resto de los partidos, que se consideren españolistas se adhieran a esas prácticas. ¡Señores de la “casta” política, no defrauden a los españoles! Si no se centran en el interés de España, no se quejen de las críticas generalizadas que se les hagan. ¡Viva España!
24/07/2018. @ Todos los derechos reservados