<span style="font-size: small;">Foto: <strong>A.R.</strong></span> <strong><span style="font-size: x-large;">Chun Hong-jo</span> </strong><span style="font-size: large;">/ Embajador de Corea del Sur</span> <span style="font-size: small;"><strong>Alberto Rubio.</strong> 27/04/2018</span> <strong><span style="font-size: medium;">Apenas hace dos meses que llegó a España, “mi sueño realizado”, asegura Chun Hong-jo en un correcto español trabajado en sus destinos anteriores en El Salvador, Chile y Costa Rica. El embajador surcoreano se propone conocer “todos los aspectos de España”, pero de momento no le quita ojo, lógicamente, al encuentro que se celebra hoy en Panmunjom.</span></strong> <strong>¿Qué podemos esperar de esta reunión?</strong> Primero se celebrará la cumbre intercoreana y en ella ambos líderes, a través de conversaciones francas y honestas, podrán escuchar las posiciones del otro y reducir la brecha. En este encuentro se tratará el plan marco básico. Luego, entre Estados Unidos y Corea del Norte se tratará de alcanzar un plan concreto. <strong>¿Se trata de generar confianza mutua?</strong> Eso es lo más importante. Sin confianza no puede haber éxito. En el pasado hubo muchos acuerdos entre ambas partes, pero fracasaron porque cada parte no podía confiar en la otra. Eso no es sólo así entre sur y norte. También entre el norte y Estados Unidos. <strong>¿Complica la negociación que intervenga Estados Unidos?</strong> Nosotros esperamos que el presidente Trump puede lograr un acuerdo sustancial con Kim. No obstante, es un proceso muy complicado y, aunque Corea del Norte acepte su completa desnuclearización, tiene que implementar el recorte, declarar el material que tiene y someterse a un proceso de verificación de la AIEA. Es un proceso que necesita tiempo. <strong>¿Qué les hace confiar esta vez en el presidente Kim?</strong> Por tres razones. Primero, las sanciones de la ONU y la presión internacional comienzan a tener efecto. Especialmente porque China, que absorbe el 90% del comercio de Corea del Norte, ha implementado las sanciones muy estrictamente. Segundo, la amenaza militar de Trump debe preocupar mucho a Kim. Y tercero, a pesar de las provocaciones de Kim, mi Gobierno ha aplicado las sanciones al máximo pero ha seguido buscando el diálogo. <strong>¿Política del palo y la zanahoria?</strong> Hay equilibrio entre presión y diálogo. Mi Gobierno pensó que los Juegos Olímpicos de Invierno serían una buena oportunidad y ofreció participar a Pyongyang. En los contactos con nuestro enviado especial, Kim expresó su voluntad para la desnuclearización y para reunirse con el presidente Trump. <strong>Y Trump aceptó la propuesta.</strong> Fue una gran sorpresa. Nadie creyó que Trump la aceptaría. Kim ya había expresado su deseo de desnuclearización ante el presidente Xi y con el director de la CIA, Mike Pompeo. Y el sábado pasado reiteró que cerrará las instalaciones nucleares. <strong>Sin contrapartidas.</strong> Sin contrapartidas. Y aunque siempre es difícil predecir los resultados de las próximas reuniones, parece que la voluntad de Kim es sincera. Debemos ser cautelosos, pero también optimistas. <strong>¿Cuando firmarán la paz?</strong> Esa sería la última etapa del proceso. Primero, Pyongyang debe eliminar su arsenal nuclear y después Estados Unidos y la comunidad internacional deben garantizar su seguridad al régimen. De ser así, se podrá firmar la paz. No obstante, este viernes podría anunciarse nuestra voluntad mutua de firmar el acuerdo de paz, aunque de momento sólo sería una declaración de intenciones. <strong>¿Cómo calificaría la relación hispano-coreana?</strong> Estoy muy satisfecho. Destacaría que el comercio y la inversión se ha diversificado. Antes sólo eran ventas de Kia, Samsung, etc. Ahora tenemos inversiones coreanas en automoción y construcción; inversiones conjuntas hispano-coreanas en petroquímicas; e inversiones españolas en medio ambiente y logística. Pero todavía podemos hacer más. <strong>¿En qué campos?</strong> La cooperación “triangulada” ha sido un éxito, sobre todo en infraestructuras. El año pasado compañías de ambos países se adjudicaron dos proyectos de ingeniería en Bahrein y Omán. Quiero extender esta cooperación a las energías renovables, con Iberdrola, Acciona, Gamesa… Y me gustaría que las empresas españolas participen en los proyectos de nuestro plan 2030, que prevé incrementar la producción de renovables hasta el 20%, desde el 6% actual. Es una gran oportunidad para las empresas españolas. Otros campos por explorar son las telecomunicaciones, la tecnología informática y la industria 4.0. <strong>¿Hay interés por España en Corea?</strong> Hay una expansión tremenda. El año pasado casi medio millón de coreanos visitaron España. Vamos a abrir un Consulado General en Barcelona y a duplicar los vuelos directos desde Barcelona a Seúl. Además, este año el acuerdo de Working Holiday permitirá a mil jóvenes de ambos países trabajar en el otro. Eso nos permitirá conocernos mucho mejor.