<span style="font-size: small;">Sede de la Delegación de la Generalitat en Bruselas.</span> <span style="font-size: small;"><strong>The Diplomat</strong>. 21/04/2018</span> <strong><span style="font-size: medium;">El Ministerio de Asuntos Exteriores extremará la vigilancia sobre las actividades de la Delegación de la Generalitat de Cataluña ante la Unión Europea, la única que no fue cerrada tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución y en la que han continuado produciéndose actividades de fomento del independentismo, según indicaron a The Diplomat fuentes del Departamento.</span></strong> La última de esas actuaciones fue permitir, hace unos días, la intervención en un acto organizado en la Delegación, y desde el estrado, del exconsejero y prófugo de la Justicia Lluís Puig, lo que provocó que el Gobierno decidiera ayer la destitución de la directora de Relaciones Exteriores de la Generalitat, Marina Borrell, a quien considera responsable de lo sucedido. [hr style="single"] <span style="font-size: x-large;">Cesada la directora de Relaciones Exteriores de la Generalitat tras permitir al prófugo Lluis Puig hablar en la delegación</span> [hr style="single"] Marina Borrell era la persona que llevaba más directamente la delegación, con frecuentes viajes desde Barcelona, después de que fuera cesado en su cargo el delegado, Amadeu Altafaj, y la “número dos”, Inmaculada Bultó, que se había quedado al frente de la oficina, estuviera en situación de baja laboral durante varios meses. Bultó se ha reincorporado ya a su puesto y estará en contacto permanente con el responsable de la Consejería de Relaciones Exteriores de la Generalitat, Aleix Villatoro, que era el segundo del consejero, Raúl Romeva. Exteriores les ha dado instrucciones a ambos para que se eviten situaciones como la vivida con Lluis Puig o la que provocó que el Gobierno ordenará el cierre temporal de la delegación el pasado mes de enero, cuando conoció que se había programado allí una reunión del presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, con el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el resto de los consejeros fugados a Bruselas.