Enrique Miguel Sánchez Motos
Administrador Civil del Estado
Las recientes declaraciones, como testigo, ante el juez Pablo Llarena del mayor de los Mossos d’Esquadra, Ferrán López, llevan a la conclusión que debe ser cesado e investigado. Declaró que, cuando el entonces conseller de Interior Forn afirmó que los Mossos no impedirían el 1-O sino que lo facilitarían, “no recibió esas palabras como una orden de permitir el 1-O y que tampoco había recibido instrucciones en esa línea por parte del conseller Forn (hoy encarcelado)”. Es decir, ha renunciado a la atenuante de obediencia debida y, por tanto, se reconoce como plenamente responsable de sus actos y omisiones.
Por otra parte, en relación con su superior, Trapero, ha declarado que éste era quien por su jerarquía mandaba el operativo pero que sus decisiones fueron colegiadas. Por tanto, resulta de pleno sentido común que, al haberse declarado corresponsable con Trapero, debería correr la misma suerte que éste.
Por otra parte, respecto a la relación mantenida con el coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, coordinador de todos los cuerpos policiales, Mossos incluidos, ante el 1-O, el mayor Ferrán López ha asegurado que en todo momento lo mantuvo informado del operativo previsto de actuación de los Mossos y que, ni antes ni después del 1-O, el coronel Pérez de los Cobos puso ninguna objeción. Ferrán Lopez asegura, además, que el coronel de la Guardia Civil sabía que el plan era enviar un par de mossos a cada colegio electoral, como así se hizo.
Pérez de los Cobos lo negó tajantemente y sostiene que esa idea era irracional porque dos agentes, en cada uno de los colegios, no tendrían capacidad para hacer cumplir el mandato, la orden judicial del TSJC de prohibir el referéndum. Obviamente, no tiene mucho valor la mera palabra de un mosso imputado, Trapero, y de otro camino de serlo, Ferrán Lopez, frente a la palabra del coronel de la Guardia Civil. Más aun cuando no cabe pensar el coronel quisiera dejar a policías nacionales y guardias civiles abandonados y expuestos ante una situación que podría haber degenerado en un enfrentamiento grave.
La pasividad de los Mossos, como se constata en los cada vez más numerosos videos que se pueden ver en la red, pone de manifiesto que no hubo la menor voluntad, por parte de los jefes de los Mossos, de cooperar con la Policía Nacional y la Guardia Civil. No cabe creer que el coronel coordinador aceptara ni antes ni durante ni después esa pasividad. Lo lógico sería que les hubiese dado órdenes explicitas en sentido contrario.
No obstante, la contradicción entre las declaraciones de Ferrán Lopez y de Pérez de los Cobos debe ser aclarada. Para ello, el coronel de la Guardia Civil debería aportar al juez la copia grabada o escrita de las instrucciones que dio a los mandos de los Mossos. Era obvio que la situación iba a ser muy conflictiva y, por tanto, cabe pensar que el coronel, coordinador de todos los cuerpos policiales, tendrá pruebas claras de las instrucciones que haya impartido a los jefes de los mossos.
Si no fuera así podríamos encontrarnos ante una grave falta de profesionalidad y debería cuestionarse tanto el posible ascenso del citado coronel al generalato como su adecuación para dirigir la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid. No sería asumible que se hubiera llevado a los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil a cumplir las órdenes judiciales de impedir el referéndum ilegal del 1-O, sin darles las instrucciones adecuadas y, sobre todo, sin que se hubiera diseñado con detalle y anticipación un operativo integral. No sería políticamente aceptable que el Gobierno de Rajoy, que tajantemente dijo “no habrá referéndum”, no hubiera sabido realizar la necesaria coordinación de todas las fuerzas policiales del Estado, y en particular de los Mossos y de sus equipos de intervención.
¡Visca Espanya y viva Cataluña!
13/03/2018. © Todos los derechos reservados