<span style="font-size: small;">Michel Barnier y Soraya Sáenz de Santamaría, el pasado mes de mayo./ Foto: <strong>Pool Moncloa / Diego Crespo</strong></span> <strong><span style="font-size: 1em;"> </span></strong> <span style="font-size: small;"><strong>The Diplomat.</strong> 24/01/2018</span> <strong><span style="font-size: medium;">El Ejecutivo español informó ayer al negociador europeo sobre el Brexit, el francés Michel Barnier, de sus primeros contactos con el Gobierno británico sobre la situación en la que quedará Gibraltar cuando el Reino Unido abandone la Unión Europea.</span></strong> Barnier se reunió por la mañana con el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, luego se desplazó a la Moncloa para un almuerzo con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y por la tarde compareció ante la Comisión Mixta para la UE en el Congreso. Fue su tercera visita a España desde que negocia el Brexit. El negociador europeo reiteró ante los diputados y senadores españoles que la colonia británica saldrá de la UE “al mismo tiempo” que la metrópoli, de ahí que no haya negociación posible sobre este punto para él. Barnier recordó que los socios europeos aceptaron en diciembre que todo acuerdo sobre Gibraltar sea fruto de una negociación bilateral entre Madrid y Londres. Al mismo tiempo, admitió que la “gran preocupación” que le ha trasladado el Gobierno español es la situación en la que quedarán las personas que cruzan todos los días la Verja para ir a trabajar a Gibraltar. En este sentido, confirmó que las discusiones a nivel técnico entre ambos Gobiernos ya han comenzado y se felicitó de que se estén llevando a cabo sobre “el espíritu de lo acordado en el Consejo Europeo de diciembre”. Respecto al proceso negociador con Londres, Barnier insistió en que no será secreto y que el acuerdo deberá estar aprobado en octubre para que luego haya un período de seis meses en que sea ratificado por el Consejo Europeo y la Eurocámara, así como por los británicos. Luego vendrá un período transitorio, entre el 30 de marzo de 2019 y el 31 de diciembre de 2020, en el que se negociará el futuro acuerdo comercial entre el Reino Unido y la UE, cuyo texto deberá ser aprobado también por los Parlamentos nacionales y, eventualmente, los regionales. La UE ha firmado a lo largo de su historia 35 acuerdos comerciales con 60 países en los que las legislaciones de todas las partes han convergido. Pero con el Reino Unido será diferente, ya que la tentación británica será abordar un “proceso de divergencia” con sus hasta ahora socios europeos. Barnier advirtió sobre este punto del riesgo de que Londres se lance a un “dumping fiscal y contra los derechos sociales” de la UE.