Foto: Fran Benito. Texto: Antonio Colmenar.
La ermita de San Saturio se encuentra situada en a ciudad de Soria, junto al río Duero y encima de la denominada cueva de Peñalba. En esta cueva cuenta la tradición que vivió el anacoreta visigodo Saturio (hoy elevado a los altares y proclamado patrón de Soria). Era hijo de una noble familia del siglo V, si bien regaló todos sus bienes a los mas necesitados y se fue a hacer vida de ermitaño a dicha cueva.
La ermita actual se construyó a finales del siglo XVII y está colgada sobre las rocas, más bien agarrada a las mismas como si quisiera meterse en sus entrañas. En ella se encuentran los restos del Santo y hoy en día es un lugar habitual de peregrinación de los sorianos al que se llega por un camino que ha sido glosado por poetas.
“Estos chopos del río, que acompañan con el sonido de sus hojas secas el son del agua, cuando el viento sopla, tienen en sus cortezas….”, decía Antonio Machado. ”Río Duero, río Duero, nadie acompañarte baja, nadie se detiene a oir, tu eterna estrofa olvidada, indiferente o cobarde…”, escribió Gerardo Diego.
Aunque las nieves han dejado atrás el otoño, uno se imagina siempre a Machado recitándole a su joven esposa Leonor los siguientes versos: “He vuelto a ver los álamos dorados, álamos del camino en la ribera del Duero, entre San Polo y San Saturio, tras las murallas viejas de Soria”.