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Los valores europeos nunca deben estar en venta

 

Pavlo Klimkin

Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania

 

En 1949, mientras el mundo en general y Europa en particular todavía se recobraban de la más devastadora guerra que nuestro planeta ha visto nunca, las fuerzas ilustradas se unieron para fundar el Consejo de Europa.

 

La organización, que hoy agrupa a 47 países, se formó para consagrar los ‘Valores Universales’ de los Derechos Humanos, la Democracia y el Estado de Derecho. No es coincidencia que hoy en nuestra parte del mundo nos refiramos indistintamente a esos mismos valores como ‘Valores Europeos’. Por otro lado, es Rusia quien diariamente viola los derechos humanos, se burla de la democracia y escupe a la cara al sistema basado en reglas del que los europeos han llegado a depender.

 

Pese a todos sus defectos, el proyecto europeo de la segunda mitad del siglo XX y el comienzo del XXI ha sido un éxito. Pero la seguridad y libertad que muchos han dado por sentadas, y que algunos de nosotros desde detrás del antiguo Telón de Acero hemos ansiado, están ahora bajo amenaza.

 

Hace casi un año, en febrero de 2017, Sergiy Lavrov, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, se regodeó en la Conferencia de Seguridad de Munich sobre la ‘era pos oeste’. Ya no es un secreto, ni siquiera es un tema de debate, que Rusia lleve a cabo su guerra híbrida contra nosotros en Occidente para sembrar la disidencia y socavar el mismísimo orden por el que tanto se trabajó.

 

Es en este contexto de la historia en el que los miembros del Consejo de Europa deben ahora pensar cuidadosamente sobre cómo tratar con Rusia por su desdén burlón a las reglas del Consejo de Europa.

 

Están quienes, y hay voces poderosas y augustas entre ellos, ahora dirán que es hora de sacar a Rusia del frío para que pueda disfrutar una vez más de la plena participación en los asuntos del Consejo. Y el precio que debe pagar es simplemente los 22 millones de euros, que debe en cualquier caso, y prometer comportarse y atenerse a las reglas en el futuro. Las faltas pasadas, como su abyecta falta de cumplimiento de las resoluciones del Comité de Ministros y de la Asamblea Parlamentaria adoptadas en respuesta a su agresión en Ucrania, simplemente se pasarán por alto. Así es como se comportan los bravucones y así es como las víctimas de los bravucones, demasiado dóciles para defenderse, reaccionan.

 

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«Rusia, como cualquier matón común, solo debe ser tratada desde una posición de poder»

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Pero, como todos sabemos, cada vez que un niño entrega sus dulces al matón de la escuela, el matón no se convierte en una persona más agradable sino que se envalentona para forzar su suerte aún más la próxima vez.

 

Rusia, como cualquier matón común, solo debe ser tratada desde una posición de poder, ya que no respeta ningún otro idioma. Y sus palabras y promesas carecen de sentido porque este es el país que miente a escala industrial como parte de su política de gobierno para promover sus propios fines y confundir a sus enemigos. Y recuerden que estos enemigos somos nosotros.

 

Aunque diferimos en nuestros valores, los ucranianos, por nuestra historia, comprendemos bien cómo funciona Rusia. Así que permítanme decirles claramente nuestra posición.

 

Rusia tendrá que unirse algún día a Europa y al mundo libre como un socio fiable. Por esa razón, debemos seguir haciendo todo lo posible para alcanzar esa meta. Pero al mismo tiempo, se debe responsabilizar a Rusia por sus repetidos crímenes y otras transgresiones.

 

Si el Consejo de Europa no adopta una postura firme y basada en principios, se desacreditará a sí mismo. Se alentará a Rusia a continuar su patrón actual de comportamiento. ¿Por qué no? No habrá ningún coste. Además, otros estados también pueden sentirse envalentonados para comportarse mal. Ciertamente, la credibilidad del Consejo se verá severamente, tal vez incluso mortalmente, dañada.

 

El regreso de Rusia no puede ser efectivamente incondicional; hacerlo equivaldría a un apaciguamiento. ¿Y quién dijo que los apaciguadores fueron los que alimentaron a los cocodrilos con la esperanza de que se los comieran en último lugar?

 

20/12/2017. © Todos los derechos reservados.

 

 

Alberto Rubio

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