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Eduardo González. 30/11/2017
Una posible ruptura en las actuales negociaciones entre mexicanos y estadounidenses para renovar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés) no tendría por qué afectar a las empresas españolas radicadas en México, cuya presencia en el país latinoamericano no depende directamente del tratado.
Éstas son algunas de las conclusiones de un informe sobre las negociaciones del Nafta y su posible impacto en las empresas españolas, cuyas líneas generales fueron adelantadas ayer por su autor, el profesor Ramón Casilda, en la sede de la Fundación Alternativas en Madrid.
“El 85% del comercio de México es con Estados Unidos”, explicó Casilda, consultor de la Fundación Alternativas y profesor de la Universidad de Salamanca, del Instituto de Estudios Bursátiles y de la Escuela Diplomática. Por tanto, si fracasasen las negociaciones, México se vería obligado a “mirar más allá de Estados Unidos” y activar “un Plan B de diversificación de las exportaciones”.
En este contexto, recordó, “España es el primer inversor europeo en México y México es el primer inversor latinoamericano en España, aparte de que España es el primer exportador europeo a México, y viceversa”. Además, “México es el segundo país de América Latina en inversiones directas de nuestras empresas y en 2016 había registradas 5.800 empresas españolas, no sólo grandes, sino también pymes de todos los sectores”.
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Un experto recuerda que sólo un 10% de las inversiones españolas depende del tratado
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Aparte, advirtió, con excepción de las empresas de componentes automovilísticos, “las inversiones españolas no están en México por el Nafta”. “La inversión española en industria sólo es del 10% y el resto está en el sector servicios”, tanto en el caso de las grandes empresas (BBVA, Santander, Iberdrola, Telefónica, CAF, FCC o Acciona) como de las pymes.
En caso de que fracasasen las negociaciones “deberíamos estar preocupados” porque un descenso en la actividad económica en México podría repercutir en la demanda de las empresas españolas de servicios, admitió.
No obstante, “no seríamos un país afectado”, precisó Casilda, quien recordó que el pasado mes de marzo, durante su visita oficial a México, los empresarios españoles aseguraron al ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, que “no estaban preocupados” por la posible ruptura del Nafta.