<span style="font-size: small;">El ex conseller de Exteriores de la Generalitat, Raúl Romeva.</span> <span style="font-size: small;"><strong>The Diplomat</strong>. 13/11/2017</span> <strong><span style="font-size: medium;">La Conselleria de Exteriores de la Generalitat de Cataluña, que dirigía Raúl Romeva, es una de la que se está mostrando menos colaborativa con la Administración central, después de que el Gobierno comenzara a aplicar el artículo 155 de la Constitución, según aseguran fuentes diplomáticas.</span></strong> <span>Ese es uno de los motivos que hicieron que el Ministerio de Asuntos Exteriores decidiera encargar al diplomático <strong>Juan Fernández Trigo</strong> la misión de coordinar el control de la conselleria y estudiar la situación sobre el terreno, desplazándose a Barcelona, junto con otros miembros del Departamento que dirige <strong>Alfonso Dastis</strong>.</span> <span>Fernández Trigo tiene como interlocutor al secretario general de Asuntos Exteriores de la Consellería, <strong>Aleix Villatoro</strong>, que al parecer no estaría facilitando las cosas para llevar a cabo uno de los objetivos del Gobierno, que es proceder a la extinción del<strong> Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña (Diplocat)</strong>, organismo que se dedicaba fundamentalmente a difundir en el extranjero el proceso independentista. </span> <span>Tras cerrar las delegaciones de la Generalitat que sólo tenían finalidades políticas, Exteriores ha mantenido abiertas aquellas en las que había oficinas dedicadas a la promoción del comercio, el turismo o la cultura catalana, algo que entra dentro de las competencias de las comunidades autónomas que pueden tener una acción exterior, pero no desarrollar una política exterior.</span>