Sannino durante su intervención./ Foto: NEF
The Diplomat. 28/10/2017
El embajador de Italia en España, Stefano Sannino, subrayó ayer el apoyo de su país al Gobierno español en su aplicación de la Constitución y las leyes para “restablecer la convivencia” en Cataluña.
Sannino admitió en un encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum que estaba en un día “un poco triste” al coincidir, por un lado, el pleno del Senado en el que el Gobierno previsiblemente recibirá la autorización para aplicar el artículo 155 de la Constitución; y, por otro, una sesión del Parlamento catalán en la que iba a declarar unilateralmente la independencia de Cataluña.
El representante italiano reflexionó sobre la inconveniencia de que los independentistas pretendan “definir su personalidad en contra de los otros”. Ante esta situación, se felicitó de que el Gobierno cuente con una “línea clara de actuación” para hacer frente a este desafío. “España tiene una fuerza, una trayectoria, que le permite afrontar las dificultades y los problemas”, subrayó.
Sannino afirmó que la Constitución de 1978 ha sido un “éxito” que ha beneficiado a los españoles, a la Unión Europea y al resto del mundo, al tiempo que reafirmó el apoyo de Italia a la acción del Gobierno español, que, en su opinión, busca “restablecer la convivencia” en Cataluña. Por otro lado, rechazó que la situación que se vive en Cataluña tenga algún paralelismo con la realidad existente en Véneto y Lombardía, donde el pasado domingo se celebraron sendos referéndum no vinculantes para negociar en Roma mayores competencias.
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«Nacionalismos y crisis económicas van juntas de la mano», advierte el embajador de Italia
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Tras reconocer que en esas regiones existen “pulsiones nacionalistas”, el embajador comentó que en periodos de crisis económica los territorios más ricos de los países tienen la tentación de “quedarse con toda su riqueza” y de negarse a compartirla con aquellas zonas más desfavorecidas.
“Nacionalismos y crisis económicas van juntas de la mano”, hizo hincapié. Por ello, se mostró convencido de que la salida de esas crisis es el mejor antibiótico para paliar los efectos de los nacionalismos. Por último, se mostró convencido de que las cargas policiales del 1 de octubre en Cataluña no afectarán a la imagen de España en el exterior ni a su capacidad para atraer inversiones.