Tres eurodiputados flamencos despliegan una estelada./ Foto: Le Soir
The Diplomat. 05/10/2017
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, declaró ayer que el Gobierno no considera necesaria ninguna mediación de la Unión Europea en la crisis de Cataluña porque “no es un conflicto entre dos partes” sino un problema de incumplimiento “de la ley y del Estado de derecho”.
«Francamente, no creemos que tenga que haber ninguna mediación”, afirmó el ministro en relación con la propuesta presentada por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y apoyada por el ‘lehendakari’, Iñigo Urkullu.
“Esto no es un conflicto entre dos partes, sino una situación que tiene que ver con el cumplimiento de la ley, el Estado de Derecho y el mantenimiento del régimen democrático en España», añadió durante una rueda de prensa conjunta con el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, en el Palacio de Viana.
Entretanto, el conflicto de Cataluña ha empezado a salpicar a algunos países europeos especialmente sensibles con las cuestiones territoriales. Es el caso de Irlanda. El pasado martes, durante una reunión del gabinete, el ministro de Estado Finian McGrath (independiente) pidió al primer ministro, Leo Varadkar, y al ministro de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, que convocasen al embajador de España para expresarle su condena por la actuación policial en Cataluña.
La propuesta fue rechazada, pero todos los ministros (incluido Varadkar) coincidieron en que la actuación policial fue “desproporcionada y contraproducente”.
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La Eurocámara pide una solución dialogada a una crisis que ha generado disensiones en Irlanda y Bélgica
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Otro ejemplo es Bélgica, donde el primer ministro, Charles Michel, declaró contundentemente el mismo domingo que “la violencia no puede ser nunca una respuesta”. Muchos analistas han atribuido estas palabras a la influencia de los ministros de Nueva Alianza Flamenca (N-VA), un partido de centro derecha partidario de la independencia catalana.
Tres eurodiputados del N-VA desplegaron ayer una bandera catalana con la estelada durante un debate en el Parlamento Europeo sobre la crisis de Cataluña, en el curso del cual el presidente de la Cámara, Antonio Tajani, recordó que “las declaraciones de independencia de un Estado soberano son contrarias al orden legal europeo” y el vicepresidente primero de la Comisión, Frans Timmermans, negó validez al 1-O y pidió el diálogo entre las partes.
Las posturas más críticas procedieron de la izquierda y los grupos euroescépticos, pero casi todos los intervinientes coincidieron en pedir una solución dialogada y sin violencia y en rechazar la validez del referéndum.
El ex primer ministro liberal belga Guy Verhofstadt manifestó -tras afirmar que “nadie puede dar una lección de democracia a España»- que el problema catalán no se va a resolver “sólo con el poder judicial o mediante el uso de una violencia deplorable, aunque se base en órdenes judiciales».