Álvarez de Miranda durante su intervención./ Foto: Congreso TV
The Diplomat. 27/09/2017
El presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, denunció ayer en el Congreso las numerosas irregularidades cometidas en la concesión de subvenciones por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores en 2008 y 2009, durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con especial mención a las ayudas a la Fundación Onuart para la remodelación de la cúpula de la sala de la Comisión de Derechos Humanos por parte del artista Miquel Barceló.
Según explicó Álvarez de Miranda ante la Comisión Mixta Congreso-Senado para las relaciones con el Tribunal de Cuentas, Exteriores concedió por aquellos años varias subvenciones antes de que se hubiera aprobado el plan estratégico, violando con ello la ley general de subvenciones, y puso en marcha hasta once líneas de subvenciones en régimen de concurrencia, en el 75% de las cuales “se observaron deficiencias relativas a su justificación y, en su caso, al reintegro de la parte no empleada”.
“Se han formulado peticiones de responsabilidad penal por parte del Ministerio Fiscal en el caso de las cuotas a organismos internacionales y de las subvenciones por irregularidades en la concesión de estas ayudas”, aseguró, sin más detalles.
Durante su intervención, Álvarez de Miranda prestó especial atención a las subvenciones concedidas en los ejercicios 2007 y 2011 a la Fundación Onuart, creada por Exteriores para gestionar la remodelación de la sala en Ginebra. “La aportación prevista, de cinco millones de euros en 2008 se elevó finalmente a 11,5 millones debido al incremento del coste y al incumplimiento de las previsiones de financiación por parte de las entidades privadas”, aseguró.
Aparte, “las aportaciones del ejercicio de 2007, por importe de tres millones de euros, se tramitaron indebidamente como contribuciones voluntarias a organismos internacionales sin que el Ministerio exigiera la justificación del empleo de los fondos”, añadió el presidente del Tribunal de Cuentas.
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Asegura que no se justificaron debidamente ni el coste final ni el desvío de contribuciones voluntarias a la ONU
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“Tampoco existieron previsiones suficientemente fundadas acerca de la financiación total del proyecto cuyo coste, previsto en 16,6 millones de euros en 2008, se incrementó hasta los 20 millones, según cálculos de la Fundación ONUART en marzo de 2011”, agregó. El Tribunal de Cuentas ya había denunciado en 2013 que Exteriores había tenido que asumir un 56% del coste final del proyecto, cuando inicialmente se había hablado de un 30%.
“En cuanto a la justificación de la subvención, en la correspondiente a 2008 hay justificantes por 90.000 euros que no coinciden con la finalidad para la que se concedió la subvención», prosiguió, en relación con tres facturas por gastos de obra que sirvieron realmente para financiar gastos ordinarios de Onuart. También «hay facturas en concepto de pagos de honorarios al artista por importe de 1,5 millones de euros cuya procedencia no ha podido determinarse”, agregó.