Texto y foto: Eduardo González
Puro norte. La imagen muestra, nada menos, que las recortadas costas que rematan en la punta más septentrional de España, la Estaca de Bares, en el municipio más septentrional de España, Mañón. El lugar alberga, además, la población más septentrional de España, Porto de Bares, el faro más septentrional de España y, ya puestos, los restos romanos más septentrionales de España.
La fotografía fue tomada desde el monte Covaguión, en el lugar de Mazorgán -perteneciente a la parroquia de Céltigos y al municipio coruñés de Ortigueira- y en primer plano destaca la impresionante playa de Sarridal, un enorme y bellísimo arenal casi inaccesible -está al fondo de unos acantilados- y que se cierra con la imponente Pena Furada.
Si continuamos hacia el norte nos encontramos con el lugar más más mediático de la comarca, el tan fotogénico banco más bonito del mundo, y, nos sentemos o no en él, podremos llegar a los Acantilados de O Picón, que dividen, o unen, los municipios de Ortigueira y Mañón (límitrofe con la provincia de Lugo) y las rías de Ortigueira y O Barqueiro.
Toda la zona, y más concretamente la playa de O Picón, alcanzó cierta notoriedad popular por ser el lugar en el que se refugió aquel Matías Juez de Línea que tuvo la osadía, en la película de La Cuadrilla, de anular un gol a la selección española y de meterse de lleno, sin saberlo, en el mundo del narcotráfico gallego.
Superada la espectacular playa de Louside, al fondo de un acantilado, se alcanza la playa de Esteiro y las estribaciones de la maravillosa Estaca de Bares, donde se encuentra la separación convencional entre el océano Atlántico y el mar Cantábrico y que alberga uno de los 23 faros que todavía quedan en Galicia.
En el faro, situado en una antigua base de la Armada, reside desde hace más de 30 años Eugenio, uno de los últimos fareros (nombre en desuso, ahora se les llama “técnicos de sistemas de ayuda a la navegación”) que aún duermen en las propias instalaciones.
Para descansar, y tomar algo, lo aconsejable es darse una vuelta por el Porto de Bares, eh el que se han encontrado los restos arqueológicos de una antigua villa tardorromana del siglo IV. En esta localidad, los imaginativos eruditos románticos de antaño pretendieron situar los restos de un antiguo puerto fenicio que servía de enclave para comerciar con las islas Casitérides, probablemente las Islas Británicas.
Lo dicho: puro norte.