Carlos Midence
Embajador de Nicaragua en España
En Nicaragua, la Revolución Sandinista significa Democracia, Justicia Social, Transformación. También ha significado retos, desafíos y evolución en cuanto a proceso de cambio. Este proceso gradual, a ojos vista, ha tenido un impacto positivo, no sólo en el tejido social nicaragüense, sino en las propias historias familiares e individuales. Este desarrollo y cambio, ha sido posible, gracias a la sustentación en una diversidad de pilares, que van desde la conciencia, principios, guías, así como la eficiente Buena Gestión, Buen Gobierno que conducen el Presidente Comandante Daniel Ortega y la Vicepresidenta Poeta Rosario Murillo, todo en la búsqueda constante del bienestar ciudadano.
Ahora bien, la Revolución Sandinista, como acontecimiento, como hito (me valgo aquí de la tesis de Alain Badiou) significa en el devenir de la región y particularmente de Nicaragua, una Transformación en todos los niveles o planos. Este es un acontecimiento que marcó el rumbo de la Historia en la globalidad de sus sentidos, puesto que trajo consigo las elecciones libres y transparentes, por ejemplo, la libertad en sus diversas expresiones o la conquista de la conciencia como espíritu de solidaridad y opción preferencial por los pobres, en tanto Sujetos productivos, creativos y actores beligerantes en cuanto a la mejora de su destino.
En este tenor, los cambios promovidos por la Revolución se encuentran en el orden de lo político, económico, social, cultural, ecológico, espiritual, en fin, en las múltiples dimensiones que abarca la naturaleza humana y la vida cotidiana. No obstante, hay un campo al que nos queremos referir de forma particular: lo social. Con relación a esto, dos elementos son de suma importancia que señalemos, en tanto, no podemos abordarlos todos, debido al corto espacio con el que contamos. Desde su primera etapa, luego del derrocamiento de la dictadura, la Revolución Sandinista se puso como meta el mejoramiento de la vida de las familias nicaragüenses, sin embargo, las circunstancias o la geopolítica internacional, la sumergió en una vorágine bélica que no le permitió el desarrollo pleno de sus objetivos.
Si bien es cierto que estas metas se vieron bloqueadas, el espíritu, la idea, la voluntad de las mismas continuaron presentes en las figuras del Comandante Daniel Ortega y la Poeta Rosario Murillo, como dirigentes del Proceso Revolucionario. Es por ello que, una vez la Revolución retorna al Gobierno, por medio de un dispositivo que ella misma hizo posible, como ya lo dijimos, nos referimos a las elecciones, dos de los primeros elementos transcendentales que se activan para cumplir estos objetivos, serán: el Trabajo y la Paz.
Recientemente en la celebración del histórico repliegue, evento altamente significativo en el alcance de la victoria, quedó ratificado este compromiso, cuando el Comandante Presidente Daniel afirmó:
Eso querían, por eso lucharon, por eso entregaron su vida, los Héroes y Mártires del Repliegue. El mayor homenaje que le rinde nuestro pueblo a los Héroes y Mártires del Replique, a los Héroes y Mártires de la Patria, a los Héroes y Mártires de la Revolución es haber logrado alcanzar esa inmensa meta. Tan inmensa, tan grande es la meta del Trabajo y la Paz que hay que estarla defendiendo todos los días.
Esta es la Revolución en toda su plenitud. Significa el restablecimiento de la tranquilidad, la paz, la generación de Trabajo, como elementos clave que hacen posible la transformación en todos los órdenes en nuestra Nicaragua.
21/07/2017. © Todos los derechos reservados.