Felipe durante su etapa inglesa y María Tudor.
Eduardo González. 12/07/2017
La Embajada británica ha recordado reiteradamente, con motivo de la visita de los Reyes de España, los vínculos que existen entre las dos Familias Reales desde la boda de Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg. El vínculo más importante, no obstante, se produjo entre 1554 y 1558, cuando el poderoso Felipe de Habsburgo ejerció de rey consorte de Inglaterra.
Todo comenzó cuando el emperador Carlos V, que consideraba de vital importancia una alianza con Inglaterra por motivos comerciales y militares, convenció al todavía príncipe para que se casara con la reina María Tudor, de 37 años de edad y diez años mayor que él.
El 25 de julio de 1554 se celebró en Westminster una boda que, según las estipulaciones, no implicaba la unión política y garantizaba, por tanto, la plena independencia de Inglaterra. De hecho, durante el tiempo en que permaneció en Londres, Felipe no participó en las decisiones del Consejo Real y evitó actuaciones políticamente sospechosas, con excepción de sus intervenciones en favor de la restauración del Catolicismo.
Carlos V había ordenado al duque de Alba que vigilara el comportamiento de su hijo en Inglaterra y el joven príncipe hizo todo lo posible por caer en gracia desde que llegó al país. Recibió a todo el mundo, comió en público y bebió cerveza (dos costumbres que le desagradaban), chapurreó el inglés en su primer encuentro con María e incluso besó a la reina en la boca y la mejilla, una costumbre inglesa inconcebible para los españoles. En la boda, Felipe llegó incluso a aceptar que María se sentara en un trono más elevado.
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El Habsburgo se casó con María Tudor por consejo de su padre, el emperador Carlos V
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Pese a todos estos cuidados, la obsesión de los ingleses por su independencia se tradujo en incidentes en las calles de Londres, asaltos y robos a los españoles e incluso un atentado contra la vida de Felipe en marzo de 1555. “Buena tierra, pero la más mala gente del mundo”, dijo un miembro del séquito español.
Felipe apenas residió en Inglaterra como rey consorte, ya que en 1556 heredó de su padre las Coronas de Castilla (incluida América) y Aragón, Sicilia, Cerdeña y los territorios borgoñones. María falleció sin descendencia en noviembre de 1558 y le sucedió su hermana Isabel, a la que Felipe II reconoció de inmediato.