Alberto Rubio
Director de The Diplomat in Spain
Acabé de ver ‘Tierra de Efímeros’, el primer largometraje de la directora Hong Anh, y entendí que, tradiciones o idiosincrasia aparte, españoles y vietnamitas no estamos tan alejados como pretende dictar nuestra distancia geográfica. La película no sólo narra una historia perfectamente universal -con pasiones, sentimientos, amor, miedo, egoísmos, temores, ansiedades…- sino que lo hace en un lenguaje universal, fácil de entender en cualquier lugar del mundo.
Me pareció una buena película, aunque seguro que algún crítico le podrá sacar algún defecto porque para eso están los críticos. Mi ventaja es que yo no lo soy. O en todo caso lo soy para mí mismo. Me explico. Mi método es sencillo: si a lo largo de la proyección me muevo en el asiento, la película no me gusta, es mala; si no me he movido cuando ha acabado, es buena.
Y lo cierto es que me quedé muy quietecito los 91 minutos que duró. Su narrativa, y una fotografía espectacular captan la atención del espectador desde el principio. Y lo más importante: consigue una identificación inmediata con los protagonistas. No es extraño que ganase tres premios en el Festival de ASEAN de este año –Película, Actor y Director de Fotografía- aunque de eso me enteré después porque yo, sin gafas, no veo la letra pequeña de los programas. Debe ser la edad.
Ya puesto a reconocer cosas, admito que sé muy poco de Vietnam más allá de que se independizó de China en el siglo X; que Indochina fue una colonia francesa hasta mediados del siglo XX; que en la Guerra Fría fue escenario de una contienda cruel transmitida por televisión a todo el planeta; que tras su reunificación todavía libró otra guerra contra Camboya; y que desde entonces se embarcó en una reforma que, manteniendo un sistema socialista de partido único, ha avanzado sin dudar hacia una economía de mercado perfectamente homologable, con las lógicas salvedades. Tan homologable como lo es “Tierra de Efímeros” a cualquier producción occidental.
En estas condiciones, es un buen síntoma que en este 40º aniversario de las relaciones bilaterales hispano-vietnamitas ambas partes hayan aprovechado para reforzar los vínculos económicos y políticos que mantienen. La visita del viceprimer ministro de Vietnam, acompañado por una amplia delegación empresarial, ha servido para renovar la Comisión Mixta y firmar el Quinto Programa Financiero. Eso abrirá aún más la puerta a las inversiones y al comercio en un área a la que España siempre quiere llegar pero siempre le cuesta, como le costó a José María Aznar, que dos veces planeó una visita oficial a Vietnam y dos veces tuvo que cancelarla.
No parece que vaya a ser el caso del actual presidente del Gobierno. Como confirmó el embajador Ngo Tien Dung a The Diplomat (ver entrevista), Rajoy ya tiene en su agenda para el año próximo ese viaje a Vietnam. Y esta vez no debe ser un viaje “efímero”, después del éxito de convocatoria en el Encuentro Empresarial organizado la semana pasada por la CEOE. Empresas españolas del turismo, las energías renovables o las infraestructuras, por citar sólo algunos sectores, pueden obtener notables beneficios.
01/06/2017. © Todos los derechos reservados