Ignacio Cembrero, Philippine González-Camino (editora del libro Yihadismo) y el general Ballesteros./ Foto: AR
Alberto Rubio. 13/03/2017
“Asistimos a la derrota militar del DAESH, pero no a la (definitiva) del grupo”, señaló el general de brigada y director del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), Miguel Ángel Ballesteros, durante la conversación, celebrada la semana pasada en el Círculo de Bellas Artes, con el periodista Ignacio Cembrero.
Ballesteros, autor del ensayo ‘Yihadismo’, destacó que el DAESH seguirá teniendo una base social sólida “y volveremos a tener problemas” si, además de la derrota militar, no se evita el reagrupamiento de los yihadistas en el sur de Libia y se acaba con la propaganda ideológica que contrapone los valores de Occidente a los del mundo árabe.
Al acto, titulado ‘De la Radicalización al Yihadismo’, asistieron un centenar de personas que participaron de la conversación entre Ballesteros y Cembrero sobre la realidad de este “fenómeno relativamente reciente”, como calificó el general al Yihadismo.
Cembrero afirmó, sin restar importancia a la gravedad de la amenaza yihadista, que en España, pese a que hay cierto alarmismo, “estamos en una situación envidiable si nos comparamos con el resto de Europa”.
El periodista, autor del libro ‘La España de Alá’, explicó que “salvo los atentados del 11-M, los musulmanes aquí no han dado ningún susto y tampoco se les ha tratado mal, aunque esté aumentando la islamofobia”.
Cembrero fundamentó su afirmación en dos hechos: por un lado la “hiperactividad” de las fuerzas de seguridad en la detención de sospechosos y, por otro, en que la inmigración en España todavía no está en su segunda generación, que es la que está dando problemas en otros países como Francia o Alemania.
Por ello, concluyó que “si tuviera que dar un título a este debate, reconociendo la amenaza que supone el Yihadismo global, quizá sería el de Mucho Ruido y Pocas Nueces”, en referencia a lo que ocurre en España, donde sólo una pequeña parte de los detenidos han sido procesados y condenados.