García Casas, Barón, Miralles y Álvarez-Garcillán delante de los retratos./ Foto: TD
Eduardo González. 11/03/2017
La institución pionera de la diplomacia pública en España, Casa de América, conmemora este año su primer cuarto de siglo con una serie de actividades cuyo primer capítulo ha sido el regreso a Palacio de los retratos de los Marqueses de Linares, que han sido prestados por el Museo del Prado por un periodo de cinco años renovables.
“Los Marqueses estarían muy contentos si supieran que el regreso de sus retratos coincidiría con el 25 aniversario de un centro tan importante”, declaró ayer el secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica, Fernando García Casas, durante la rueda de prensa de presentación de las actividades.
Transcurridos 25 años, “los iberoamericanos de las dos orillas somos más próximos, iguales y solidarios”, prosiguió. “América Latina es hoy una región sin conflictos de civilizaciones ni choques de religiones, la última guerrilla ha desaparecido y es una zona de paz y desnuclearizada”, añadió.
Con motivo del aniversario, Casa de América ha programado una serie de actividades, como un ciclo de conferencias (entre los ponentes destacan el propio García Casas, el próximo 21 de marzo; Enrique Iglesias, Rebeca Grynspan, Julio María Sanguinetti o Jorge Edwards), un ciclo de encuentros con embajadores americanos (de momento han participado los de Argentina y Costa Rica), una tribuna con representantes del Alto Patronato y muchas otras actividades de tipo cultural, según explicó en el acto el director general de la Casa de América, Santiago Miralles.
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La institución anuncia conferencias, tribunas y demás actividades para conmemorar su primer cuarto de siglo
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El primer hito de estas celebraciones se produjo ayer, con el regreso y la primera exposición de los retratos de don José María de Murga y Rolid, marqués de Linares, y de su esposa, doña Romualda Ossorio y Ortega, pintados hacia 1888 por Francisco Pradilla y Ortiz.
Estos dos cuadros salieron del edificio en 1940, cuando el palacio dejó de utilizarse como residencia privada, y llegaron incluso a ser subastados en 1958, pero en 1990 fueron incautados y en 2004 incorporados a los fondos del Museo del Prado exclusivamente para su preservación, según explicó Javier Barón, conservador jefe de la pintura del siglo XIX de la pinacoteca. En 2016, las obras pasaron a la colección del museo y el propio Barón propuso su traslado a su salón original en el palacio, ya que “fueron pensados para este lugar en concreto”.
Tras su fundación en julio de 1992, se decidió que Casa de América se instalase en el Palacio de Linares, un edificio que “llevaba 75 años abandonado y que se restauró con el reto de que luciera como en tiempos de los Marqueses y, al mismo tiempo, fuera un edificio inteligente, y todo eso en un plazo de sólo 16 meses”, según explicó María Álvarez-Garcillán, restauradora del Museo del Prado y que coordinó las labores de restauración del edificio.