Pablo Iglesias y Mariano Rajoy se consolidan al frente de sus partidos./ Fotos: JGF/CB/La Razón
Carmen Remírez de Ganuza. 13/02/2017
La consolidación de Pablo Iglesias al frente de Podemos y la «ilusionada» aparición de Susana Díaz en un mitin de alcaldes socialistas han marcado un fin de semana clave para la política española en el que, además, Mariano Rajoy ha obtenido el 95,65% de los votos de los populares para seguir siendo el presidente de su partido.
La continuidad del liderazgo en PP y Podemos ha avalado las respectivas posiciones políticas de los dos partidos más votados en las recientes encuestas. Pero además, y en la práctica, ha favorecido la propia expectativa de supervivencia de la actual legislatura en España.
Por un lado, la derrota de Íñigo Errejón (37,1% de los votos) frente a Pablo Iglesias (59,7%) en la Asamblea de Podemos, no sólo supone una apuesta por la calle sobre el parlamentarismo en su nueva estrategia política, sino el alejamiento de un escenario de entendimiento con el otro gran partido de la oposición, el más votado de los dos en las últimas elecciones, que es el PSOE.
[hr style=»single»]
La derrota de Errejón aleja el horizonte de entendimiento entre los partidos a la izquierda del PP
[hr style=»single»]
Por otro lado, el mitin de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, ante cientos de alcaldes socialistas en Sevilla -deliberadamente organizado para contraprogramar los dos congresos de sus adversarios- refuerza la idea de su próxima candidatura en las primarias a la secretaría general del PSOE, frente a Pedro Sánchez. «Tengo fuerza, tengo ilusión, tengo ganas, estoy animada y me encanta ganar», fueron sus explícitas palabras ante los cargos municipales de su partido y un público numeroso con el que rivalizó de manera tácita con el que, hace tres semanas, vitoreó a Pedro Sánchez durante el anuncio de su candidatura en el cercano pueblo sevillano de Dos Hermanas.
Si en junio ganara las primarias el anterior secretario socialista volvería a imponerse el ‘no es no’ y este próximo verano habría muerto la legislatura. Si ganara Díaz -lo de presentarse ya quedó bastante claro este sábado- podría haber algún margen para el pacto con el Ejecutivo. La candidatura de Patxi López, -ex lehendakari vasco y ex presidente del Congreso- no está despertando el mismo interés ni dentro ni fuera del PSOE.
Díaz, como la propia gestora socialista que desbancó a Sánchez en el mes de octubre, no tiene intención de abandonar su discurso de izquierda -en el que precisamente abunda en estos días-, pero tampoco de provocar unas elecciones en las que, hoy por hoy, los socialistas tendrían muchos escaños que perder, y ella misma se jugaría su futuro.
[hr style=»single»]
El futuro de la legislatura en España, pendiente de la primarias del PSOE
[hr style=»single»]
Claro que la candidata del aparato socialista tampoco se lo va a poner fácil al PP.
Así, el Gobierno en minoría de Mariano Rajoy cuenta con el no rotundo de la izquierda parlamentaria a su proyecto de ley de Presupuestos. Lo que no le va a impedir presentarlos en el Congreso, a la espera de que escampe la tormenta en el PSOE.
Uno de los comentarios más repetidos en torno al congreso celebrado por el PP este mismo fin de semana ha sido, precisamente, la ausencia de críticas al PSOE, al que, con el reparto de escaños en la mano, Rajoy sigue considerando su aliado natural, y a cuya abstención debe el arranque de su mandato.
Claro que, desde el punto de vista técnico, el aliado formal del Gobierno del PP es Ciudadanos. Así quedó constatado este domingo, con la inédita asistencia de dos de sus dirigentes al acto de clausura del congreso popular; y con las propias palabras de Rajoy desde el atril hacia el hombre que, a su vez, el fin de semana anterior había revalidado su propio mandato en el congreso de Ciudadanos: «Albert Rivera me ha llamado esta mañana y le he pedido que no apriete…»
Las antiguas críticas de los populares al PSOE en sus tradicionales congresos fueron sustituidas, no por casualidad, por las dirigidas a Podemos. Así se hizo ya en las dos últimas campañas, donde quedó comprobado que el miedo a la formación morada ha redundado en beneficio electoral del PP. No obstante y tras varios días de reproches e ironías dirigidas a la guerra fratricida en Podemos, los populares rehusaron ayer cualquier comentario acerca de la reelección de Iglesias. De momento, la división en la izquierda, y la propia fractura de Podemos, les favorece.