Carlos Uriarte Sánchez
Presidente Paneuropa Juventud
El pasado 8 de noviembre todo el mundo quedó sorprendido por la clara victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales, en las que todas las encuestas daban vencedora a Hillary Clinton. Nos acabamos de enterar por un informe de la CIA, que será definitivo antes de que el nuevo presidente tome posesión pasado mañana, que un ciberataque ruso pudo tener como objetivo interferir en el resultado de las elecciones de EEUU.
Se abre una nueva perspectiva que podríamos resumir en:
Una nueva política comercial con Europa: ¿qué ocurrirá con el TTIP? Todo indica que permanecerá parado hasta las elecciones en Francia, Países Bajos y Alemania. Parece ser que el nuevo presidente electo prefiere una relación comercial con la Unión Europea basada en la negociación de acuerdos sectoriales y no en la firma de un gran acuerdo global.
Una nueva política exterior de EEUU que puede afectar a la seguridad europea: frente a esto la Unión Europea mantiene su coherencia ante Rusia, dejando claro cuál es su posición sobre Ucrania. Por ello, es una contrariedad la nueva relación que podría entablarse entre EEUU y Rusia provocada por la buena sintonía entre Trump y Putin. Los europeos continúan viendo en Ucrania un problema no resuelto.
Una nueva política de seguridad y defensa de EEUU que solicita a los europeos que sean responsables de su propia seguridad: no es nuevo, y se había manifestado en la cumbre de la OTAN en Cardiff donde solicitaba a los Estados miembros que incrementaran sus presupuestos hasta el 3%. En este sentido, la Unión Europea ha propuesto desarrollar un “Paquete de Defensa y Seguridad de la Unión Europea”, implementando la Estrategia Global de la Unión Europea: 1) Nuevos objetivos y ambiciones; 2) Nuevas herramientas financieras para que la industria europea de la defensa desarrolle todas sus capacidades.
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«No soy tan pesimista: una cosas son declaraciones durante una campaña y otra la realidad política»
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Todos estos nuevos ajustes y redefiniciones en la relación transatlántica son una oportunidad, pues los vínculos que nos unen a norteamericanos y europeos están fuera de cualquier duda. El TTIP se aplazará y mejorará, se acelerará el proceso de creación de una industria de la defensa y ejército europeo propios. Esto nos ayudará a poder contribuir en un mundo multipolar a una globalización con un rostro más humano con un acento e impronta europeos. Para muchos, el 20 de enero de 2017 supondrá un antes y un después para las relaciones entre EEUU y la UE. No soy tan pesimista: una cosas son declaraciones durante una campaña y otra la realidad política. Lo que es claro es que es una oportunidad, parecida al Brexit, que nos obliga a los europeos a afianzar el proyecto en lo esencial -principios y valores europeos- y en lo necesario -políticas que produzcan un valor añadido a la acción de la Unión Europea sobre el parecer de los Estados miembros-.
Si por Trump fuese, atendiendo a sus declaraciones, sustituiría la relación hostil a Rusia por China. No obstante, nada guarda sentido, si atendemos al interés de cancelar su compromiso con el acuerdo comercial transpacífico, que ha provocado gran perplejidad de otros aliados como Japón y el ASEAN. El TPA buscaba situar en ventaja a EEUU, Japón y los países ASEAN frente a China. Estas incoherencias y cambios en la geopolítica generan inquietud a sus socios europeos.
Como conclusión, se abre una nueva etapa en las relaciones transatlánticas que exige el compromiso de la Unión Europea. De esta manera, la Unión tiene que dar un paso más con un verdadero proyecto político, independiente y soberano, donde para lograrlo los europeos nos dotemos de una verdadera política exterior y de seguridad común con medios y capacidades que concurran el triple compromiso de las Instituciones Europeas, los Estados miembros y los ciudadanos. Una nueva oportunidad para seguir haciendo entre todos más Europa.
18/01/2017. ©Todos los derechos reservados