Foto: A.R.
Emilio Butragueño / Director de Relaciones Institucionales del Real Madrid
A. Rubio. 17/01/2017
Si como jugador Emilio Butragueño, el “Buitre”, dejó muestras de una gran caballerosidad, ahora sigue siendo el directivo más “diplomático” del club al que ha estado vinculado toda su vida. Y disfruta con ello tanto como cuando regateaba a sus rivales.
¿Le parece extraño que hayamos querido hablar de diplomacia y fútbol?
No, en absoluto. Precisamente el fútbol une a la gente y el objetivo de la diplomacia es construir puentes. Hablamos de dos actividades con objetivos muy similares. De hecho, nosotros llegamos a tener una escuela en la que jugaban niños palestinos e israelíes. Y eso no es fácil.
No, no lo es…
Lo hicimos con la Fundación Simón Peres. Lamentablemente, no se ha renovado pero fue un éxito enorme y nos gustaría recuperarla. En todo caso, es un ejemplo más de la utilidad del fútbol para fomentar las relaciones entre las personas.
Supongo que tiene muchos ejemplos como ése…
Sí. Recuerdo un día que iba por la calle en Marruecos. Había unos niños jugando. De repente, me cayó el balón y me puse a jugar con ellos. No nos conocíamos ni hablábamos la misma lengua, pero estuvimos un buen rato jugando porque el fútbol, al final, es un mismo lenguaje para todos.
¿Qué tiene el fútbol que no tengan otros deportes?
Es tan popular porque podemos jugar en cualquier sitio con una pelota hecha de bolsas de plástico, como cuando yo era pequeño, y para hacer una portería bastan dos piedras. Es esa sencillez lo que lo hace tan popular.
Hay 209 federación nacionales de fútbol, mientras en la ONU se sientan 192 países. ¿Imagina que pasaría si el Consejo de Seguridad dependiera de la FIFA?
(Risas). Bueno, no lo sé. Pero el mundo del fútbol también tiene su política y necesita una organización que lo regule porque es una industria que genera muchos trabajos y contribuye al PIB nacional. Por ejemplo, cada partido de Liga de Campeones que juega el Madrid aporta a la economía madrileña cerca de 2 millones de euros.
Además de la promoción exterior de la ciudad.
Es evidente el prestigio que el club aporta a la ciudad, y también a España. Somos un referente mundial y uno de los mejores embajadores que tiene España. Si pregunta en cualquier país por tres clubes de fútbol de todo el mundo, uno de ellos sería el Real Madrid. Creo que tenemos que sentirnos muy orgullosos de una organización que durante tantos años se ha mantenido a un nivel tan alto.
¿Pueden considerarse Marca España?
Nuestras autoridades siempre reconocen la labor que hace el Real Madrid. A veces nos piden colaboración para potenciar, precisamente, acciones de Marca España o de la propia ciudad de Madrid. Y estamos encantados de colaborar.
¿Qué tal funciona la Fundación Real Madrid?
Con la Fundación estamos en 72 países con 400 proyectos en todo el mundo de los que se benefician cerca de 50.000 niños. Es otra manera de llevar al Real Madrid por el mundo.
Y al mismo tiempo pueden descubrir futuros jugadores.
No es eso. El objetivo no es futbolístico. No se trata de encontrar al nuevo Cristiano Ronaldo, sino de utilizar el fútbol para ayudar a los que menos tienen, que son los niños. Y nuestro modelo está funcionando muy bien.
¿Cómo lo hacen?
En colaboración con ONG, organizaciones religiosas y empresas tratamos de apartar a los niños de la delincuencia y transmitirles unos valores fundamentales. Con una condición: los que no sacan buenas notas no entran en la escuela. Y hemos comprobado que no sólo aumenta enormemente el nivel académico de los chicos sino que las familias, muchas desestructuradas, se involucran mucho y son capaces de eliminar sus diferencias para que el niño pueda ingresar. Es conmovedor ver lo que son capaces de conseguir gracias al fútbol.
Tendrán muchas peticiones, ¿no?
Muchísimas. En Oaxaca, por ejemplo, tenemos una escuela en una zona muy pobre en la que colaboramos con Mapfre, que financia el proyecto, y Microsoft, que ha hecho un aula con ordenadores. Los niños tienen desayuno e higiene bucal por la mañana. Cuando vuelven del colegio, meriendan, entrenan con nosotros y dan clases de informática. Es un proyecto precioso en un lugar rodeado delincuencia.
Nos sentimos orgullosos de este componente social que tiene el Real Madrid. Es nuestra forma de agradecer a la sociedad todo lo que nos ha dado, que es mucho.
¿Qué tal es su relación con las embajadas?
Magnífica. Todo el mundo quiere participar en este tipo de proyectos. Y quienes se asocian con el Real Madrid saben que tenemos una manera de actuar, una filosofía de la vida, y eso da mucha confianza a nuestros colaboradores para seguir desarrollando más proyectos.
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