Foto: A.R.
Chris J. Lazaris / Embajador de Grecia
A. Rubio. 25/11/2016
No es lo mismo para un embajador europeo ejercer su cargo en un estado de la UE que en un país tercero. Chris J. Lazaris, que llegó a Madrid procedente de El Cairo hace poco más de dos meses, explica que “en la UE tienes que trabajar muchas veces con definiciones legales y en paralelo con otras capitales europeas y con Bruselas; de alguna forma las cosas son más claras dentro de la UE, aunque el trabajo es más gratificante en un país tercero”.
Pues no está la UE en su mejor momento.
No creo que vayamos a ver el fin de la Unión, aunque estamos en un periodo de transformación, cuyas consecuencias no siempre se han previsto. Por ejemplo, el euro hizo que las economías más débiles asumieran de repente el coste de vida de las más fuertes, pero no sus salarios. Cosas como esas han provocado la desilusión actual.
¿Deberíamos pensar en un sistema federal de una vez?
Pongamos por caso las políticas económicas actuales en Europa: no son precisamente un éxito porque no hay reglas comunes. Si las hubiera podríamos funcionar como la Reserva Federal, que tiene poderes que no tiene el BCE. La cuestión es que si queremos una Europa federal tenemos que estar de acuerdo, al menos, con instrumentos comunes como una política fiscal común.
¿Y cómo salimos de esta crisis?
Sonará demasiado teórico, pero la única forma es volver a crecer. Sobre el papel, está bien la disciplina para equilibrar las cuentas públicas. Pero es igual que si conduces un coche: nunca aplicarás lo que aprendiste en la autoescuela. Y ésa es la clave. Quizá tengamos que saltarnos algún paso para afianzar el crecimiento, generar empleo, modernizar nuestras infraestructuras y volver a ser competitivos. Pero para ello necesitamos más flexibilidad, y en Europa no hay ninguna.
Grecia ha sufrido esa inflexibilidad de una forma severa.
No se si fueron efectivas las medidas que se tomaron en 2010. Lo cierto es que ahora ya no son válidas. Por ejemplo, a muchos países se les permitió bajar el IVA y a Grecia se forzó a subirlo. Para crecer, tenemos que generar ingresos pero las exigencias de la UE prácticamente nos lo impiden. Fue un error querer recaudar más impuestos con menos ingresos. Está claro que si matas la liquidez, matas la economía.
¿Tuvo Europa demasiada prisa?
Ese es el problema. No era cuestión de dinero, sino de tiempo. Por ejemplo, para cambiar nuestro sistema de recaudación de impuestos, necesitamos formar a nuestros funcionarios y establecer mecanismos de control. Y para ello, necesitamos dos años, que nunca se nos dieron.
Europa ha cometido muchos errores y, si me permite decirlo, un error básico de arrogancia. Nos enfrentamos a un enorme riesgo para nuestra seguridad y la única forma de conjurarlo es trabajar con los países de nuestro entorno. Entre tanto, no podemos dejar esos refugiados a la deriva en una barcaza. Sólo tenemos una opción: rescatarlos.
¿Cree que la UE adoptará una política común de inmigración y asilo?
Sería lo deseable, pero hay países que miran al problema de una forma muy egoísta. Lo que han venido a decirnos es “vosotros vais a tener a los refugiados, les mantendréis y pagaréis por ello. A cambio tendréis nuestro apoyo moral”. ¡Gracias!
¿El turismo ha sido el balón de oxígeno para Grecia?
Durante la crisis el turismo tuvo sus mejores años. Sin embargo tiene inconvenientes. Es muy sensible a factores externos, como la crisis de los refugiados. Lo bueno es que Grecia está volviendo a crecer por encima de la media europea: un 2,7% en 2016 y un 3,1% en 2017.
Hablemos de nuestras relaciones bilaterales.
Tenemos que dar un paso adelante y reconectar con nuestros socios europeos porque al final no nos conocemos lo suficiente. En la UE todos pasamos por Bruselas y todo se soluciona allí. Queremos fortalecer nuestras relaciones a todos los niveles, empezando por las interparlamentarias y entre partidos. Pero también estamos contemplando cómo hacer más eficaz la presencia de las 300 empresas griegas que actúan actualmente en España.
En el turismo no somos competidores sino complementarios, por eso queremos avanzar en la cooperación. Por ejemplo, en el sector de los cruceros, donde podemos intercambiar pasajeros, estamos empezando a crear un circuito para el Mediterráneo oriental, con Egipto, Chipre y Líbano, que puede ser muy interesante para España. Y nos gustaría abrir campos de cooperación en los sectores de seguridad y defensa.
¿Es Grecia un buen destino para las inversiones españolas?
Por supuesto. Cualquier compañía que aporte nuevas tecnologías será bienvenida.
SUS FAVORITOS
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«Micenas, para mí es un lugar mágico. Pero también Luxor, en Egipto».
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«La “Historia de la Guerra del Peloponeso”, de Tucídides, entre otros muchos».
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«Me encanta la carne en general y en particular el jamón».
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