Los investigadores durante la presentación del informe./ Foto: TD
Eduardo González. 23/11/2016
El aumento de la desigualdad social, la incidencia de los cambios tecnológicos en el mercado laboral, la crisis del Estado de bienestar, el temor a la pérdida de la identidad nacional y la crisis de la democracia representativa son los principales factores del auge partidos ultraderechistas en Europa y del triunfo de Donald Trump en Estados Unidos.
Éstas son las principales conclusiones del informe Causas del rechazo a la globalización: más allá de la desigualdad y la xenofobia, elaborado por los investigadores Miguel Otero Iglesias y Federico Steinberg, del Real Instituto Elcano y en el que se analiza el auge de Donald Trump, del Frente Nacional de Marine le Pen en Francia, del movimiento Alternativa en Alemania o del UKIP, principal promotor del Brexit.
Buena parte del apoyo a estos nuevos partidos procede de los “perdedores de la globalización”, que ya no “se sienten representados en el sistema político”, explicó Miguel Otero durante la presentación del informe, que tuvo lugar ayer en la sede del think tank en Madrid. “Hay una desconexión enorme entre la élite universitaria políticamente correcta y el público”, razón por la cual, advirtió, “lo políticamente incorrecto cada vez es más aceptable”.
En este contexto, según Federico Steinberg, “los que pensaban de otra manera, gracias a las redes sociales han descubierto que no están tan solos, lo que ha ayudado a que el racismo y la xenofobia hayan salido del armario”.
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El Real Instituto Elcano analiza el auge de los partidos xenófobos y racistas en el mundo occidental
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No obstante, advirtió Steinberg, los problemas económicos no lo explican todo, ya que “el auge de los partidos racistas y xenófobos se da sobre todo en países con casi pleno empleo”, como Estados Unidos, Países Bajos o Dinamarca, o “con una identidad nacional fuerte, con Francia como caso más paradigmático”.
En España, en cambio, “no hay partidos de extrema derecha xenófobos importantes”, admitió Steinberg, una diferencia que atribuyó a que “la mayoría de los inmigrantes son latinoamericanos de habla hispana y católicos» y a que «la identidad nacional es más débil” que en otros países. “Los españoles se sienten muy cómodos con ser gallegos, españoles y europeos, a diferencia de los franceses y los estadounidenses”, explicó.
Otra causa es “la herencia franquista, una experiencia reciente que hace que determinadas conductas estén mal vistas”. “Puede que en el futuro surja un partido de extrema derecha en España, pero de momento estamos más anestesiados”, agregó.