Dastis y Margallo durante el acto de entrega de la cartera del Ministerio./ Foto: @MAECgob
Eduardo González. 05/11/2016
“Alfonso Dastis es un hombre preparado, cabal y, sobre todo, bueno al que pido que sea generoso con las personas que formaron mi equipo”. Con estas palabras (y con esta petición) presentó ayer José Manuel García-Margallo a su sucesor al frente de la diplomacia española durante el acto de entrega formal de la cartera del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
“No hay ningún honor mayor para un español que representar a España fuera de sus fronteras”, manifestó Margallo, visiblemente emocionado, durante la toma de posesión de Dastis, que tuvo lugar en el Palacio de Santa Cruz en presencia de los ministros de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García-Tejerina, y Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, así como del secretario general de Presidencia, Jorge Moragas, y de los secretarios de Estado y directores generales del Ministerio de Exteriores.
Durante su última intervención como ministro, Margallo destacó que, cuando llegó al cargo a finales de 2011, “España tenía una imagen pésima y, en las cancillerías, estaba considerada el enfermo de Europa”.
Desde entonces, y a pesar de haber gobernado “con enormes restricciones presupuestarias y con una opinión pública orientada a asuntos más internos”, la imagen del país “ha pasado del puesto 17 al 12 en sólo cuatro años”, añadió. “Ahora estamos en los foros más relevantes del mundo, donde se toman las decisiones, como el Consejo de Seguridad”, añadió.
[hr style=»single»]
«Cuando llegué al cargo, España era el enfermo de Europa y ahora está en los foros relevantes del mundo”
[hr style=»single»]
Asimismo, el ex ministro instó a su sucesor a aprovechar “la oportunidad que el Brexit nos ofrece para recuperar la soberanía española en Gibraltar”, no sin advertir de que “esto no se puede jugar partido a partido, ese partido se juega en marzo», cuando es previsible que la primera ministra británica, Theresa May, invoque el artículo 50 del Tratado de la UE y comiencen las negociaciones para la salida de la Unión.
«O somos capaces de convencer a nuestros socios y aliados de que la negociación entre Reino Unido y Unión Europea en ningún caso debe amparar a Gibraltar o llegaríamos a la paradoja de que hubiese un país ajeno a la Unión con una colonia en la Unión, lo cual no dejaría de ser un disparate antológico», manifestó.