José María Chiquillo
Diputado del Partido Popular
En agosto de 2016 se cumplieron 25 años de la Declaración de Independencia de la República de Uzbekistán, que se celebra el 1 de septiembre.
En el corazón de Asia Central, en la Gran Ruta de la Seda, se alzan en esta mítica ruta terrestre Khiva, Bukhara y Samarcanda -ciudad que con más de 2.700 años de historia fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001-, encrucijada de culturas y una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo, fundada en el siglo VII antes de Cristo.
Uzbekistán es uno de los países del mundo más ricos en recursos naturales: se sitúa entre los diez primeros en reservas de uranio, gas natural y carbón. Además, mantiene una potente agricultura donde destaca la producción de algodón y de seda.
El 4 de diciembre es un momento histórico para la República de Uzbekistán. Tras el fallecimiento de Islam Abduganiyevich Karimov, la Comisión Electoral Central a través de su presidente Mirza-Ulugbek Abdusalomov comunicó la convocatoria de elecciones presidenciales para ese día.
Es un hecho histórico para los uzbekos el poder elegir al sucesor del presidente Karimov, líder de la independencia de la república y durante ese mismo cuarto de siglo su máximo responsable. El país ha evolucionado mucho desde que estuviera integrado en la URSS como República Socialista Soviética de Uzbekistán. Ahora es un país moderno, con unos 30 millones de habitantes, integrado en diversas organizaciones internacionales como la ONU, la OSCE, o la OCS.
Uzbekistán es un país situado en una encrucijada geoestratégica, es el vértice de Asia Central, el único de la región que tiene frontera con todos los países pertenecientes a esa área geográfica, Kazajistán, Turkmenistán, Kirguistán, Tayikistán e incluso con Afganistán, por eso su amistad ha sido y es muy codiciada por todos los grandes actores internacionales y ha sido objeto de algunos ataques terroristas.
Uzbekistán cuenta con un gran margen para la mejora económica, pues además de productor de materias primas y recursos tan importantes como gas y uranio, o una vital producción agrícola y de algodón, cuenta con una incipiente recuperación de la industria que está promoviendo la diversificación económica y desarrollando su sector privado. Todo ello, para incrementar sus intercambios comerciales, requiere estandarizar sus estructuras económicas e incrementar la liberalización de la economía atendiendo a las recomendaciones del FMI.
En los últimos años Uzbekistán ha mejorado significativamente las relaciones con la Unión Europea y Estados Unidos y su proyección internacional. También ha cobrado protagonismo por su importante papel en la agenda internacional de lucha contra el terrorismo yihadista. Pero, sobre todo, ha impulsado medidas para cimentar un Estado garante de la seguridad y la estabilidad en Asia Central, donde el progreso social, cultural y económico de una sociedad emprendedora y una economía dinámica garanticen a sus ciudadanos los niveles óptimos de calidad de vida propios de un Estado social y democratico de Derecho.
Ese es el gran reto de futuro de Uzbekistan, que está en juego en las elecciones del próximo 4 de diciembre: consolidar los progresos de los últimos años y construir un sociedad más justa para situarse entre los paises más prosperos y democráticos de Asia Central.
Un reto, una magnífica oportunidad de que los uzbekos, con su activa participación, escriban su presente y diseñen su futuro en paz y en libertad.
03/11/22016. ©Todos los derechos reservados