The Diplomat in Spain

Los analistas creen que hay bases para lograr un consenso parlamentario en materia económica.

Miguel Cifuentes. 25/10/2016

El nuevo y previsible Gobierno en minoría de Mariano Rajoy tiene delante una carrera de obstáculos para sacar adelante sus Presupuestos del Estado para 2017 y desarrollar una política económica que asegure el crecimiento, la creación de empleo, y el equilibrio de las cuentas públicas. Pero hay soluciones excepcionales para una situación difícil.

Al frente de la economía debería haber “un ministro técnicamente muy solvente, pero muy político, con poder suficiente, y capacidad negociadora excepcional, para que la economía española no se pare”. Un Guindos reforzado, con plenos poderes en materia económica, sería necesario para la nueva situación de precariedad parlamentaria”. Es una opinión extendida en la patronal CEOE, en el Círculo de Empresarios, o servicios de estudios como el Instituto de Estudios Económicos.

La comunidad de los negocios teme un continuo acoso de la oposición para desgastar al Gobierno e impedir reformas estructurales, algo que sería muy dañino para la economía, pero también espera “un mínimo sentido común para pactar medidas que impidan que se pare el crecimiento, pero si eso no ocurre, si no hay horizonte claro de crecimiento por la parálisis política, el Gobierno debería decir en los próximos meses a los españoles quiénes impiden el crecimiento y la creación de empleo, y que esos partidos lo paguen caro en futuras elecciones”, dice una fuente del IEE.

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Esperan que “sostenga la senda de crecimiento del PIB”, aunque empiece a desacelerar

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Un gobierno en minoría debe ser capaz de “aprobar unos Presupuestos del Estado mínimamente creíbles que permitan seguir creando al menos 500.000 empleos nuevos cada año, y seguir bajando el déficit y la deuda pública”, señalan en estos círculos empresariales.

Los empresarios no descartan la idea del ministro  de Asuntos Exteriores, José Manuel Garcia-Margallo, de que si  no hay presupuestos en mayo próximo por un bloqueo institucional o la cerrazón de los partidos, habría que acudir a las urnas de nuevo, algo indeseable pero que podría ocurrir. Los agentes económicos y los analistas más solventes creen que hay en el parlamento bases mínimas, si los partidos optan por el interés de los españoles y no por sus intereses de partido, para lograr un consenso en materia económica con partidos como Ciudadanos, el PNV y el Partido Demócrata de Cataluña (antigua Convergencia Democrática de Cataluña) y algún otro partido minoritario.

Lo que preocupa al mundo empresarial es si van a optar por sus reivindicaciones nacionalistas antes que por la estabilidad económica. Lo mismo temen en el caso del PSOE, fundamental para conseguir reformas estructurales, o, al menos, que se siga incentivando el crecimiento económico. La actitud del PSOE es determinante en materia económica, ya que sin su colaboración no es posible aprobar ni legislar medidas de largo alcance.

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Abogan por un “Guindos reforzado, con plenos poderes económicos” para que la economía no se pare

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Un sentir extendido entre empresarios es que el nuevo Gobierno “debería hacer algunas concesiones sociales para aliviar el sufrimiento de las capas de población más golpeadas por la crisis, como los parados, los jóvenes, o los pensionistas. Estos sectores deben percibir de modo más claro los beneficios del crecimiento de alguna manera. Eso daría credibilidad al Gobierno, muy criticado por los recortes en servicios públicos, y facilitaría el entendimiento con la oposición, al tiempo que daría a un sector mayoritario de la oposición argumentos para apoyar un mínimo consenso en materia económica”.

Las medidas sociales desnudarían, o desactivarían, las protestas sistemáticas de partidos como Podemos, que ya ha anunciado que vuelve a la calle y a la agitación continua.

Reformas como la laboral o la de pensiones deberían ser prioritarias en esta situación. Pero “habría que ser muy cuidadosos ya que en España los salarios no crecen o lo hacen muy poco desde hace cuatro años y el empleo que se crea es de ínfima calidad y mínima estabilidad. Tampoco nuestro sistema de pensiones no está ni en la media de generosidad y cobertura de Europa y hacer reformas drásticas en pensiones puede ser catastrófico”.

No está claro cómo hacer reformas de calado en pensiones, pese al déficit actual. Durante la crisis las pensiones han perdido poder adquisitivo, pese a lo que dice el Gobierno, que utiliza explicaciones poco creíbles sobre la inflación en España, hay 2,7 millones de pensionistas con pensiones mínimas de subsistencia, y muchas prestaciones de la Seguridad Social son de pura subsistencia o tercermundistas. España tiene un gasto social  sobre el PIB entre 4 y 6 puntos por debajo de la media europea y está muy lejos de los países centrales o nórdicos en materia social. “La estabilidad política y la credibilidad de las instituciones también se juega en la justicia social, sobre todo tras una crisis  gravísima como la que hemos tenido, y tenemos”, dice una fuente de la CEOE.