Alnoor Ahmed Mohamed Noor
Segundo Secretario de la Embajada de Sudán
Comentaba en la primera parte de este informe la génesis de las sanciones contra Sudán. Ahora me centraré en las graves consecuencias para la economía sudanesa a causa de las sanciones y en el trabajo constante para poner fin a estas medidas unilaterales.
Varios sectores vitales han quedado gravemente afectados por el embargo económico. De ellos destacan el sector agrícola que suministra la tercera parte del Producto Nacional Bruto. El acoso de unas 163 empresas sudanesas, algunas de las cuales trabajan en el campo del petróleo, ha dejado consecuencias negativas en el campo de la inversión. En el sector industrial, muchas fábricas han sido afectadas de forma directa, lo que ha resultado en la disminución de la producción y en el despido de muchos trabajadores y empleados. El sector del transporte y ferroviario registró unos deterioros a raíz de la falta de piezas de recambio y la pérdida de trenes, pues Sudán ha perdido el 80% de la energía del transporte ferroviario.
El aumento de los precios afectó el sector de sanidad. Algunos medicamentos que se utilizan para salvar vidas dejaron de existir, otros medicamentos y vacunas contra las enfermedades epidémicas escasearon drásticamente. La Administración estadounidense procuraba, a través del embargo, reducir el tamaño de las ayudas técnicas como por ejemplo los escáneres térmicos. Algunas instituciones especializadas en los suministros médicos se negaron a organizar cursos en el territorio sudanés, ateniéndose al embargo, afectando de una manera directa a la vida de los ciudadanos.
Cabe mencionar que algunas transferencias quedan excluidas del embargo, como aquellas destinadas a la ayuda humanitaria, a las patentes, a las marcas comerciales y a los derechos del autor. El Estado recién nacido de Sudán del Sur, aunque ha quedado exento de estas sanciones, sufre profundamente sus consecuencias.
El profesor Ibrahim Ghandour, ministro de Asuntos Exteriores del Sudán, declaró ante la Cámara que “el embargo no se levantó, no obstante se está corroyendo y retrocediendo. Nosotros vamos a seguir dialogando con Estados Unidos hasta el final”. Sin embargo, la Administración de Hacienda señaló en uno de sus informes que “seguirá aplicando las actuales medidas forzadas”. A finales de 2007, y a causa de las sanciones, el Banco Central del Sudán declaró que iba a cambiar las unidades en efectivo del dólar a otras divisas, como el euro, ya que las pérdidas de la banca sudanesa desde 1997 hasta 2014 ascienden a 9.000 millones de dólares. El asedio norteamericano carece de algunos aspectos legales y éticos, y por ello debe haber una revisión profunda de estas medidas para reconocer sus facetas que se contradicen con los principales fundamentos de los derechos humanos.
Este artículo es la segunda parte del publicado ayer bajo el mismo título.