Alnoor Ahmed Mohamed Noor
Segundo Secretario de la Embajada de Sudán
Las relaciones entre los países cambian de acuerdo a los intereses y prioridades mutuos. Por ejemplo, levantar el embargo a Cuba por parte de los Estados Unidos indica que Washington quiere aprovechar algunas oportunidades a raíz de este paso. Desde hace más de 20 años, Estados Unidos impone un embargo económico en Sudán, el cual en más de una ocasión ha ido endureciéndose. En este informe nos referiremos al comienzo de estas sanciones, mencionando las causas que llevaron a su imposición y el método adoptado en su aplicación. Luego expondremos las consecuencias de las mismas sobre el ciudadano sudanés, y las alternativas disponibles en el futuro para superar los retos que dichas sanciones suponen, entre otros, la paralización de inversiones que ascienden a 745.300.000$, y la alusión a castigar a cualquier particular o entidad que intente aliviar el embargo económico.
En el año 1997, el presidente norteamericano Bill Clinton, dio a conocer la decisión ejecutiva nº 13067, con la cual impuso un embargo comercial contra Sudán, congelando con ella todos los activos del país. El objetivo principal de estos trámites, según la administración de Hacienda, es “cambiar la actitud”, ya que considera que Sudán es una amenaza para su Seguridad Nacional. El embargo se define como: “la toma de unos procedimientos económicos forzados en contra de uno o más países con el fin de crear un cambio en su política y expresar una cierta postura del país sancionador ante las políticas del país al cual se quiere imponer la sanción”. Estas sanciones se usan como alternativa a la guerra, ya que sus consecuencias son parecidas a las de las guerras. Se han dividido las sanciones contra Sudán en dos categorías:
– Congelar los activos del Gobierno del Sudán, además del asedio.
– Imponer sanciones contra algunas personas e instituciones.
En 2006, las sanciones fueron renovadas durante el mandato de George Bush. Por consiguiente, no se podían utilizar todas las propiedades embargadas del Sudán, ni en EEUU (cuyo valor asciende a 48.200.000$) o en cualquier otro país. Lo que provoca preocupación es la presión que ejerce Estados Unidos sobre algunas entidades privadas para que el embargo tenga continuidad, imponiendo sanciones a todos aquellos que violen el embargo, como cuando impuso una multa de unos 80 millones de dólares en 2005 al Banco ANB, otra a American Express y otras multas a otras entidades. Además, Estados Unidos ha procurado que las sanciones siempre adopten un camino multilateral.
Mañana, segunda parte de este artículo: Las sanciones unilaterales a Sudán obstaculizan su desarrollo y prosperidad (y 2)