Dolors Bramon durante su intervención./ Foto: TD
Eduardo González. 20/04/2016
“Judíos, cristianos y musulmanes creen en el mismo Dios pero se diferencian en cómo entienden la idea de Dios. Cada uno de ellos, en determinada época, se ha convencido de que su manera es la real, y los fundamentalistas evitan los rasgos convergentes y hacen énfasis en las que son divergentes”.
Estas palabras fueron pronunciadas ayer por la islamóloga Dolors Bramon en el curso del acto El conflicto actual en Próximo Oriente: problemas de nomenclatura, celebrado en la Casa Árabe de Madrid, en el que instó a los medios a evitar un “mal uso y abuso” del lenguaje y a evitar la identificación de una religión concreta con la violencia y el terrorismo.
“Los que practican el Islam son musulmanes, los actos del Islam son islámicos, los que se desvían de la doctrina ortodoxa son islamistas y, en algunos casos, los islamistas pueden convertirse en terroristas”, prosiguió esta profesora emérita de la Universidad de Barcelona.
Con todos estos parámetros, Bramon hizo una profunda disección del grupo terrorista más mediático de la actualidad, con especial atención al “baile de siglas” con se le conoce: Daesh, EI, ISIS, ISIL o EIIS.
El Daesh, admitió, reúne algunos elementos propios de un Estado, como un territorio que “no tiene fronteras definidas ni quiere tenerlas, porque quiere dominar el mundo entero”; un sistema fiscal “que funciona”, un comercio basado “en el mercado negro”, un ejército “de mercenarios” o un sistema educativo basado “en la incultura”.
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La islamóloga recuerda que el Corán prohíbe luchar contra musulmanes y obliga a proteger a cristianos y judíos
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“Los politólogos decidirán si es un Estado, pero yo prefiero llamarlo ‘pretendido Estado’”, advirtió. «En árabe se les llama Dawla, que traducimos como Estado, pero en realidad significa dinastía”, añadió.
Aparte, según Bramon, el Daesh “no cumple los requisitos para que se le llame islámico”. “El Corán sólo permite luchar contra no musulmanes, un mandato que claramente desobedecen, y obliga a proteger a las ‘gentes del Libro’, cristianos, judíos, mazdeístas, yazidíes y sabeos, a los que el pretendido Estado Islámico está masacrando”.
Asimismo, tampoco debería calificársele de “yihadista”, advirtió. “En el Corán, la palabra yihad sale 35 veces, 22 como ‘esfuerzos en la conducta propia y colectiva’, dos como ‘elevación espiritual’ y diez como ‘enfrentamiento bélico’. Fue Bin Laden quien hizo un uso desvergonzado de ella como guerra”. Por tanto, concluyó, el Daesh “ni es Estado, ni es islámico, ni es yihadista; yo lo llamaría, sencillamente, terrorista”.