Rafael Conde de Saro, Carlos Pérez-Desoy y Rafael Matos González de Careaga.
The Diplomat. 06/04/2016
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha comunicado los nueve puestos de libre designación incluidos en la provisión de puestos en el exterior para este 2016, un proceso que en la jerga diplomática se llama el bombo, según informaron fuentes solventes a The Diplomat.
Estos nueve puestos, considerados de especial sensibilidad por diversos motivos, eran los consulados generales en Nueva York, La Habana y Jerusalén; las segundas jefaturas de misión en Alemania, Venezuela, Irak, Afganistán y Guinea Ecuatorial, así como el cargo de representante permanente adjunto ante la OTAN. A todos ellos se les puso un asterisco en el bombo, lo que implicaba que el ministro tenía la última palabra en dichas designaciones sin necesidad de consultar a la Junta de la Carrera.
Una vez que el 20 de marzo concluyeron los plazos para apuntarse al bombo, el subsecretario del Ministerio, Cristóbal González-Aller, informó el pasado jueves a la Junta de la Carrera de los elegidos para los puestos con asteriscos, con el fin de que ésta les excluya de la posterior selección de puestos, un proceso que finalizará el 20 de abril -seguramente con el Gobierno actual aún en funciones- y en el que cada candidatura será evaluada por una comisión de diplomáticos en base a méritos personales y escalafón.
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El ministro designa los nueve puestos más sensibles del «bombo» de este año
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Los elegidos para los consulados generales con asterisco han sido los siguientes: Rafael Conde de Saro (actual número dos de la Marca España y que irá de cónsul a Nueva York), Carlos Pérez-Desoy (subdirector general de Cancillería y que irá de cónsul a La Habana, donde ya estuvo destinado hace años) y Rafael Matos (nuevo cónsul en Jerusalén, un puesto que se considera como una Embajada oficiosa ante Palestina). Las segundas jefaturas se han repartido de la siguiente manera: Daniel Losada Millar (Bagdad), Juan Antonio Martín Burgos (Berlín), José Hornero (Caracas), Miguel Heine (Kabul), Marco Antonio Peñín (Malabo) y María Elena Gómez Castro (número dos en la Reper española ante la OTAN).
El PSOE hizo un comunicado a principios de marzo pidiendo a Margallo que no repartiese estos nueve asteriscos (algunos de ellos en países “ultrasensibles” para España, en palabras de Carme Chacón) ante el temor de que colocase a personas afines al PP en unos puestos que no requieren el visto bueno del Consejo de Ministros ni su publicación en el BOE.
Margallo, finalmente, no ha beneficiado a ningún alto cargo en Madrid ni a aquellos embajadores más cercanos al PP que confiaban en lograr un puesto importante en el bombo de este año. En este sentido, González-Aller explicó que en el reparto de puestos con asterisco habían primado dos criterios. El primero fue excluir a aquellos candidatos que por su cercanía a la jubilación no podían ocupar dicho puesto ya que el reglamento de la Carrera Diplomática estipula unos plazos mínimos de estancia en el exterior.
El segundo criterio fue no atender las peticiones de varios embajadores cesantes que habían pedido un puesto en el bombo de este año ante la incertidumbre política en España. Precisamente por estar en funciones y no poderles sustituir en este período de interinidad, Margallo ha decidido mantener a los embajadores allí donde están destinados hasta que se forme nuevo Gobierno. Esta medida incluye también, según las citadas fuentes, a altos cargos del propio Ministerio de Exteriores ya que algunos directores generales deseaban hacer ahora las maletas.