Margallo y Malcorra durante la rueda de prensa./ Foto: @CancilleriaARG
The Diplomat. 06/04/2016
El encuentro que mantuvieron en Buenos Aires los ministros de Exteriores de España y Argentina, José Manuel García-Margallo y Susana Malcorra, ha servido para algo más que relanzar las relaciones bilaterales “tanto tiempo adormiladas”. También les ha ayudado a sellar una alianza diplomática para negociar con el Reino Unido sus disputas territoriales.
Como era de esperar, los dos representantes abordaron durante su reunión en el Palacio de San Martín sus respectivos contenciosos coloniales con Londres. «Nuestros dos países, Argentina y España, apuestan resueltamente por poner fin a las dos situaciones coloniales, Malvinas y Gibraltar, mediante negociaciones bilaterales con el Reino Unido, dando así cumplimiento al mandato en Naciones Unidas”, declaró Margallo durante la rueda de prensa conjunta posterior. “Reiteramos aquí a Reino Unido nuestra plena disposición para reiniciarlas», agregó.
Por ello, anunció el ministro español, “es natural que nuestras respectivas misiones en Naciones Unidas estén en estrecho contacto para hacer efectivas tanto las resoluciones de la Asamblea General como las del Comité de Descolonización en esta materia», ya que «Malvinas tiene un cierto paralelismo con el tema de Gibraltar”.
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Los dos territorios advierten de que la autodeterminación está por encima del «capricho de unos ministros»
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Por su parte, Malcorra explicó a García-Margallo el reciente éxito diplomático de Argentina con la ampliación de su plataforma continental, que Buenos Aires ha interpretado como un reconocimiento por parte de la ONU de que “existe una disputa sobre las Malvinas».
En respuesta a estas declaraciones, los gobiernos de ambos territorios han afirmado, en un comunicado conjunto, que Margallo y Malcorra “deben comprender que tanto Gibraltar como Malvinas figuran en la lista de Territorios sin Autogobierno de la ONU” y que el mandato de Naciones Unidas establece que “sólo se puede salir esa lista por deseo de los pueblos de Gibraltar y Malvinas, expresado libre y democráticamente”, algo que “no se puede cambiar por el capricho de los ministros de Exteriores de España y Argentina”.
