Vega fue relevado de la Embajada en Helsinki al año de haber sido nombrado.
The Diplomat. 05/04/2016
El ex embajador de España en Finlandia Marcos Vega Gómez culpó ayer de las presuntas irregularidades en la representación diplomática en Helsinki al canciller de la misma, Ismael Medina.
Vega, que compareció en la Audiencia Nacional acusado de malversación de caudales públicos, prevaricación administrativa y falsificación de documento oficial por irregularidades en la contratación del servicio doméstico en la residencia oficial de la Embajada en 2011.
La Fiscalía pide para el diplomático, que fue removido de su cargo en marzo de 2012, al año de haber sido nombrado, penas de diez años de cárcel, 21 años de inhabilitación especial para desempeñar un empleo o cargo público y 30.000 euros de multa. La denuncia fue interpuesta contra Vega por el canciller, acusándole de contratar de manera ilegal a tres empleados de Filipinas y Etiopía.
Vega reconoció que a una empleada de Filipinas le costeó un billete de avión, aunque ha dicho que se hizo como «anticipo» que luego debía pagar con cargo a su sueldo, y que a la otra, de Etiopía, le pagó él mismo el billete de su bolsillo porque así se lo pidió su marido, que había trabajado con él en la Embajada de Yemen. Sin embargo, aseguró que Medina era quien se encargaba “de la gestión contable, administrativa y de personal».
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Vega se enfrenta en la Audiencia Nacional a una petición de 10 años de cárcel y 21 de inhabilitación
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El ex embajador dijo también que no tiene «dudas» de que el canciller le denunció cuando él «intentó poner coto a prácticas ilegales», como el hecho de que la Embajada contara con una ‘caja b’ para eludir el pago de impuestos en la compra de gasolina o alcohol.
Por su parte, el denunciante, Ismael Medina, recalcó en el juicio que el embajador ordenó los pagos investigados a los empleados del hogar, algunos de los cuales «no estuvieron amparados en nada». «Trabajaban 24 horas a cambio de 800 euros», añadió.
Finalmente, el inspector que, enviado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, se desplazó a la sede diplomática de Helsinki testificó que el canciller «no puede hacer nada sin autorización y el consentimiento expreso» del embajador. Asimismo, señaló que llegó a advertir a Vega de que estaba pudiendo cometer «acoso laboral» contra Medina.