Foto: A.R.
Paulo da Silva / Embajador de Guinea-Bissau
Alberto Rubio. 15/03/2016
“La experiencia española sería un valor añadido para impulsar nuestra economía”, asegura Paulo da Silva, el primer embajador de Guinea-Bissau en España. La semana pasada, una delegación guineana, encabezada por la secretaria de estado Suzi Barbosa, se desplazó a Madrid y Almería para explorar nuevas formas de cooperación. “Tenemos que empezar a ver África de otro modo”, añade Da Silva.
¿Con quién se reunieron en Madrid?
Tuvimos encuentros con el secretario de estado de Interior, responsables del Ministerio de Empleo y de la Dirección General de Consulares para saber cuantos guineanos viven en España. Muchos de ellos no saben que hay incentivos para su retorno voluntario. Y allí necesitamos trabajadores como ellos, con una experiencia muy valiosa.
También se reunieron con responsables de AECID.
Sí. Para revisar nuestra cooperación. Para nosotros, España es un país de interés estratégico por sus empresas y su potencial económico. Es la tercera potencia turística mundial y tiene una experiencia que queremos aprovechar porque Guinea-Bissau es un paraíso natural por descubrir y sólo está a cuatro horas de Europa.
¿Cuál era el objetivo de viajar a Almería?
Conocer la experiencia de los invernaderos, donde trabajan oficialmente 2.000 guineanos. Además, la secretaria de estado quería presentar sus condolencias a los familiares del guineano asesinado en diciembre. Aprovecho para agradecer a la Policía española la rápida detención de los presuntos culpables.
¿Invernaderos? Ustedes no tienen problemas de agua.
Darían valor añadido a nuestra agricultura al mejorar nuestra producción. Un ejemplo: somos el cuarto productor de anacardo del mundo. Pero lo vendemos como materia prima. Transformado vale cien veces más.
¿Qué otras materias primas tiene Guinea-Bissau?
Petróleo, bauxita, circonio, fosfatos, buenos bancos de pesca… Lo que tenemos que conseguir es que aporten un valor añadido a nuestra economía.
¿Qué sectores son prioritarios?
Tenemos un enorme déficit de carreteras y viviendas. China está financiando la construcción de 800 viviendas. El año pasado en Bruselas se presentó un plan estratégico a fondos, empresas y organismos multilaterales que comprometieron 1.000 millones de euros para los próximos cinco años.
¿Cómo pueden invertir las empresas en Guinea-Bissau?
El gobierno trabaja en tres vías: inversiones de capital privado extranjero, de capital privado nacional y extranjero, o con participación del gobierno. Ya están entrando algunas empresas españolas en agricultura y construcción.
África necesita producir, más que exportar.
África tiene mucho, pero gana muy poco. Necesitamos una verdadera transferencia de tecnología, como la que recibió Asia hace años, para impulsar su desarrollo. Con una política seria, África puede cambiar en poco tiempo. Ganaríamos todos. Si sólo somos una reserva de materias primas jamás saldremos del subdesarrollo.
Y seguirá el drama de la emigración.
La gente busca alternativas en Europa para mejorar su vida porque en África no tienen oportunidades. Pero todo depende, en primer lugar, de los dirigentes africanos para forjar una cooperación con Europa y América en beneficio de todos.
¿La corrupción política quedó atrás?
La corrupción es un fenómeno mundial. Es más complejo combatirlo en África por su retraso económico, cultural y social, que la fomentan como una forma fácil de ganar dinero. Hay que desincentivarla mejorando la calidad de vida de la población. Desde 2014 tampoco hay problemas de estabilidad política.
¿Tampoco hay problemas tribales?
Ninguno. Desde el punto de vista social hay una mezcla completa y muy estable.
¿Y seguridad jurídica para las inversiones?
Formamos parte de dos instrumentos internacionales de garantías: el programa MIGA del Banco Mundial y, a nivel africano, el FAGAS. Las inversiones en mi país están blindadas además por una ley muy clara. No hay riesgos.
SUS FAVORITOS
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[box style=»0″]UN LUGAR
«La Isla de Pecixe, donde nació mi padre, con sus playas de arena cristalina y sus densos bosques».
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[box style=»0″]UN LIBRO
«Me gusta la literatura política, sobre todo las obras de Amilcar Cabral, mi inspirador político africano».
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[box style=»0″]UN PLATO
«El caldo de chabeu, que se hace con aceite de palma. También me gusta la paella, pero bien hecha».
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