Rojo corresponde a “muy alto”, naranja a “alto” y teja y amarillo a “medio”.
The Diplomat. 14/03/2016
Ocho países del mundo han mejorado el riesgo político de cara a las inversiones, entre ellos algunos tan significativos como China o Irán. Asimismo, la caída de los precios del petróleo ha incrementado el riesgo en países ya de por sí «frágiles».
Estas son algunas de las conclusiones del Mapa de Riesgo Político 2016 recientemente publicado por la división de gestión de riesgos de Aon, que se centra en los mercados emergentes y no valora la situación en los países de la UE ni de la OCDE.
De acuerdo con el informe, las medidas contra la corrupción y el levantamiento de las sanciones han suavizado el riesgo en China e Irán, respectivamente, aunque en el primer caso reina una cierta incertidumbre a causa de la desaceleración del crecimiento de “la segunda mayor economía mundial”.
En cuanto a Irán, a pesar de figurar en la lista como de “riesgo alto”, la suavización de las sanciones ha permitido mejorar la calificación en un país que “cuenta con una economía más diversificada que muchos de sus competidores de Oriente Medio y África, y ha realizado un mayor esfuerzo por adaptarse a los precios bajos del petróleo”.
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Venezuela figura como país de “riesgo muy alto” a causa del petróleo y la deuda soberana
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Precisamente, los puestos más altos de la lista de riesgos políticos están ocupados por los países que más dependen del petróleo, como Libia, Rusia y Venezuela. No obstante, advierte el informe, hay diferencias.
Por una parte, los países “con unas instituciones más sólidas y mayores reservas de moneda extranjera” se encuentran mejor posicionados para minimizar los riesgos derivados del impago de deuda soberana y del cambio de divisa, como es el caso de Colombia, Malasia, Kazajistán y algunos miembros del Consejo de Cooperación del Golfo.
En otros países, el precio del crudo afecta al pago de la deuda soberana, como ocurre en Venezuela (que aparece como país de “riesgo muy alto”), que soporta “una importante carga de deuda en moneda extranjera”, y en otros casos (por ejemplo, la Comunidad de Estados Independientes, en especial Ucrania) en los que los desajustes presupuestarios añaden presión a los bancos y afectan al crédito.
A todo ello se unen los riesgos derivados de la violencia en países como Siria, Irak (ambos de “riesgo muy alto”) y Nigeria (“riesgo alto”), ya de por sí castigados por los precios del petróleo.