España es el segundo de los principales consumidores./ Foto: commons.wikimedia.org
The Diplomat. 15/02/2016
La Unión Europea presentó en 2014 una dependencia energética del 53,4 por ciento, lo que implica que la UE debió importar un poco más de la mitad de la energía que consumió. España estuvo muy por encima de esta media, con casi un 73 por ciento, lo que le situó en octava posición del total y en segundo lugar entre los principales consumidores, sólo por debajo de Italia.
De acuerdo con los datos de Eurostat publicados la pasada semana, la dependencia energética del conjunto de la Unión fue mayor en 2014 que en 1990, cuando apenas superaba el 44 por ciento. El porcentaje se mantuvo por debajo del 50 por ciento hasta 2004, en que subió al 50,4, y el punto culminante se alcanzó en 2008, con un 54,5 por ciento.
La dependencia económica varía mucho de unos Estados a otros. Aproximadamente la mitad de los países miembros dependen básicamente de las importaciones y la otra mitad consume por debajo de lo que importa.
Los países menos dependientes en 2014 fueran Estonia (8,9), Dinamarca (12,8), Rumanía (17), Polonia (28,6), República Checa (32), Suecia (32), Países Bajos (33,8) y Bulgaria (34,5 por ciento). En el otro extremo de la tabla, la mayor tasa de dependencia se registra en Malta, con un 97,7 por ciento, seguida de Luxemburgo (96,6), Chipre (93,4), Irlanda (85,3), Bélgica (80,1), Lituana (77,9), Italia (75,9) y España (72,9 por ciento).
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La dependencia energética española ha descendido nueve puntos desde 2008
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En cuanto a la dependencia de los Estados miembros que consumen las mayores cantidades de energía, Reino Unido y Francia son los menos dependientes (45,5 y 46,1 por ciento, respectivamente). Italia, España y Alemania (61,4) figuran como los más dependientes entre los principales consumidores de energía.
Desde una perspectiva más amplia, el año de mayor dependencia energética para España fue 2005, con un 81,4 por ciento, y el de menor dependencia fue 1990, con un 63,1. El año 2014 registró el segundo porcentaje más bajo desde que comenzó la crisis económica mundial. En 2008, la tasa de dependencia fue del 81,3 por ciento (en pleno pico europeo) y en 2013 fue del 70,4.