Antonio Merino, director de Estudios de Repsol./ Foto: YouTube
Tamara Fariñas. 10/02/2016
La caída de los precios del crudo que se ha vivido en los últimos años ha tenido consecuencias positivas en la economía española. En concreto, supuso en 2015 un ahorro de 11.230 millones de dólares –en torno a 10.000 millones de euros– en la factura energética del país, y un aumento de entre 0,5 y 0,8 puntos del producto interior bruto, como mínimo.
Así lo explicó Antonio Merino, director de Estudios de Repsol y participante en la mesa redonda La caída del precio del petróleo: implicaciones para España (y más allá), organizada por el Real Instituto Elcano ayer en el espacio Bertelsmann de Madrid. Merino aseguró que la bajada de precio del crudo, que cayó en torno al 13% en España, junto a la caída del IPC y un «ligero» aumento de los salarios, ha provocado un mayor consumo, lo que supone «como mínimo entre 0,5 y 0,8 puntos del PIB de 2015».
No obstante, si bien las consecuencias directas han sido positivas, Gonzalo Escribano, investigador de Elcano y también conferenciante en esta mesa redonda, advirtió de que los proyectos de las empresas españolas en países productores de petróleo podrían correr ciertos riesgos. En particular, aseguró que podría repercutir en ajustes presupuestarios y trasladarse a proyectos de inversión, por lo que podría afectar a proyectos debido a que los ajustes se darán «por las inversiones y no por los gastos corrientes».
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Escribano cree que pese al bloqueo político en Argelia, no habrá problema con los contratos con España
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Si bien los peor parados de la caída del precio del carburante son los países que, sumado a una coyuntura económica desfavorable, se encuentran en conflicto abierto –como Irak, con el autodenominado Estado Islámico, o Nigeria, con la batalla contra Boko Haram, por ejemplo–, es importante tener en cuenta la repercusión de la caída de los precios en un país como Argelia, de suma importancia para España, ya que le suministra prácticamente la mitad de sus necesidades de gas natural.
Si bien el déficit fiscal de Argelia es «muy importante», tiene también buenas reservas –de unos 18 meses–, por lo que la situación no es excesivamente negativa. Sin embargo, la situación política vive un momento de incertidumbre en torno a la sucesión de Abdelaziz Buteflika, presidente desde 1999 y cuyo estado de salud se desconoce desde que sufrió un derrame cerebral, hace dos años, y sobre el que se especula continuamente.
En este contexto, Escribano cree que lo que Argelia está esperando es a que suba el petróleo mientras llegan a un acuerdo para encontrar a un candidato a la sucesión del presidente. «Todos estamos pendientes de ver qué pasa con la sucesión», aseguró, «pero creo que va a haber continuidad y que no habrá problema con los contratos con España». «Está en juego su propio interés, ya que supone más del 40% de las exportaciones», concluyó.