En Rey con Pedro Sánchez en el Palacio de la Zarzuela./ Foto: Casa de S.M. el Rey
Cristina de la Hoz. 01/02/2016
Por primera vez en democracia, Su Majestad el Rey se enfrenta al dilema de encargar la investidura al candidato del segundo partido más votado, esto es, Pedro Sánchez, que ya está preparado para dicha eventualidad. De hecho, su intención es comenzar esta semana, en cuanto reciba el encargo de Don Felipe, a negociar “a izquierda y a derecha” un acuerdo que permita su investidura.
Si fuera por Sánchez, preferiría apoyarse en Albert Rivera más que en Pablo Iglesias, pero antes tendría que arrancar un “sí” del líder de Ciudadanos y la abstención, imposible a día de hoy, de Mariano Rajoy. Sólo así conseguiría tener más votos a favor, 130, que en contra, 97, y 123 abstenciones. Y luego debería acometer la tarea de gobernar en solitario con tan solo 90 escaños, dada la aversión de Rivera a implicarse en un gobierno de coalición.
Pero el segundo escenario no es mucho mejor para el líder socialista, puesto que supone aceptar, entre otras cosas, a Pablo Iglesias como vicepresidente. En el entorno de Sánchez afirman que nunca iría a una fórmula de coalición “basada en la desconfianza”. Además, difícilmente un pacto como ese recibiría el visto bueno de los barones. Sin embargo, un sí de las bases, aún no vinculante, haría imposible su resistencia.
La consulta a los militantes se realizaría sobre un documento que recogería todos los términos de un hipotético acuerdo -que se prevé, también, muy complicado- y necesitaría de la abstención de los independentistas en el Congreso de los Diputados.
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Si pacta con Ciudadanos, necesita de la abstención del PP, si lo hace con Podemos, la de los independentistas
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Lo único que no encaja en la agenda socialista es el orden de entrevistas que tiene que culminar el Monarca esta semana. Como en la primera ronda, Mariano Rajoy será el último en verse con Don Felipe, por lo que en Ferraz piensan que es poco probable que el Rey encargue nada a Sánchez antes de escuchar al presidente en funciones. Creen que será el miércoles cuando se materialice esa petición.
Por su parte, Génova convocó ayer una inusual rueda de prensa dominical en la que el vicesecretario de Sectorial, Javier Maroto, adelantó que Rajoy declinará de nuevo ir a una sesión de investidura. La idea de tan perentorio anuncio es que toda la presión se vuelque hacia Sánchez.
El líder socialista llevaba días madurando el golpe de efecto de proponer en el Comité Federal que recabará la opinión de la militancia, a sabiendas de que “es muy difícil oponerse a que hablen las bases”, mucho más proclives a un acuerdo con la formación morada, señalan fuentes del PSOE. Eran pocos los que estaban en el secreto. A lo sumo dejaba caer que en la cita habría alguna “sorpresa” sin especificar más. A sus “barones” más críticos no les dijo siquiera eso. A cambio, ellos forzaron la convocatoria del congreso federal para principios de mayo, convencidos de que los intentos de Sánchez fracasarán y habrá que ir a una repetición electoral con nuevo líder y nuevo candidato. Sin embargo, no está tan claro. Ferraz cree posible que, si hay nuevos comicios, el cónclave podrá retrasarse por mucho que algunos barones presionen en sentido contrario.
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Génova mantiene sus equipos de campaña por si hay repetición electoral
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Moncloa y Génova trabajan también con el escenario de la repetición electoral. Las esperanzas que pusieron en que el Comité Federal del PSOE echara abajo los intentos de Sánchez por formar gobierno y abriera la posibilidad de la abstención para permitir la investidura de Rajoy, se han ido al traste.
El responsable de la campaña popular y director de gabinete del presidente en funciones, Jorge Moragas, ha mantenido en funcionamiento las estructuras electorales que creó de cara al 20-D y por los pasillos de la sede nacional hacen bromas respecto a que “por lo menos, no hay que hacer un nuevo programa”.