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Biocombustibles, clave en la lucha contra el cambio climático

 

Jorge Bendeck

CEO Federación de Biocarburantes de Colombia

 

En diciembre de 2015, París ha sido el escenario de una cumbre histórica que marcará un antes y un después en la lucha contra el cambio climático porque, luego de las anteriores frustraciones, allí se ha concertado un compromiso internacional para la reducción de los gases de efecto invernadero a partir del año 2020, incluidas las grandes potencias como India, China y los Estados Unidos, bajo el liderazgo de Francia.

 

Junto a sus socios de la Unión Europea, Francia ha jugado un papel clave para la consecución del tratado. También, debido al desarrollo económico importante que está viviendo América Latina y la reducción de pobreza que vive el continente por el incremento del ingreso per cápita de su población, las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG, por sus siglas en inglés) han aumentado en la región y, por ello, su papel durante las negociaciones ha sido clave.

 

Cuatro de los países de América Latina, junto con otros seis en otros continentes, han sido catalogados como de los más vulnerables al calentamiento global, que se verán sometidos, entre otros fenómenos, a una mayor frecuencia de huracanes más violentos, grandes sequías, destrucción de especies vegetales y animales e impactos más fuertes de los fenómenos como la Niña y el Niño.

 

¡Colombia es uno de ellos!

 

De hecho, el presidente Juan Manuel Santos acaba de anunciar un ambicioso plan para invertir más de 2 billones de dólares en desarrollo sostenible, de los que, una parte importante vendría de la comunidad internacional. Además, en Colombia se está avanzando en el tránsito de la economía basada en energías fósiles a la de energías renovables basadas en la biomasa, como el biodiésel y el etanol, aportándole al mundo su importante cuota de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, que están provocando el calentamiento del globo, con sus catastróficas consecuencias.

 

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«Colombia se ha comprometido a reducir en un 20% las emisiones de GHG hasta 2030»

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Los objetivos de Colombia para la lucha del cambio climático son ambiciosos pero realistas. Se ha comprometido a reducir en un 20% dichas emisiones de GHG hasta el año 2030, con acciones como llevar a cero la deforestación que hoy alcanza las 160.000 hectáreas anuales, reducir el consumo de energía eléctrica y racionalizar el uso del agua, optimizar la eficiencia de los motores, mantener intacta la Amazonía y, por supuesto, promover la utilización de los biocombustibles que, actualmente, reemplazan el 8,4% de las gasolinas y el 9,2% del diésel que se consumen en el país.

 

La Agencia Internacional de la Energía sostiene que los biocombustibles podrían proveer, para el año 2050, alrededor del 27% del total mundial de combustibles líquidos para el transporte, lo que permitiría reducir aproximadamente 2,1 giga-toneladas de emisiones de CO2, que equivaldría al 23% de reducción en las emisiones totales del transporte.

 

En América Latina y el Caribe, existe producción suficiente de materias primas avanzadas y biomasas excedentarias de la agricultura de alto potencial para el desarrollo de la agroindustria de los biocombustibles; estos se producen en, al menos, 10 países y empiezan a tener relevancia en materia de reducción de emisiones GHG y generación de empleo rural, siguiendo el liderazgo de Brasil, Argentina y Colombia.

 

Gracias al sector de los biocombustibles, en Colombia se han generado 32.000 empleos formales directos y 64.000 indirectos, que es equivalente a decir que 384.000 personas derivan sustento de dicho sector, más del 80% en el campo, convirtiéndose en un instrumento contra la pobreza, dando estabilidad social y económica, sembrando paz y desarrollo incluyente, factor indispensable para el posconflicto en Colombia.

 

Adicionalmente, si se llega a alcanzar la paz, cerca de un millón de personas que fueron desplazadas de sus casas, se motivarán para volver a sus territorios, por su ubicación sensibles al cambio climático, retorno que se deberá dar protegiendo el medioambiente, pero generando puestos de trabajo directos e indirectos.

 

Impulsar la producción y el uso de biocombustibles es uno de los mecanismos más idóneos que tienen los países para cumplir sus compromisos ambientales en el corto plazo y, para América Latina, empezando por Colombia, representa un instrumento de desarrollo rural, de lucha contra la pobreza y de independencia energética, fortaleciendo la seguridad alimentaria de sus pueblos.

 

 

Alberto Rubio

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