La estrategia de Rajoy ha sido mantenerse en segundo plano./ Foto: Pool Moncloa/Diego Crespo
Cristina de la Hoz. 25/01/2016
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, trata de ganar tiempo a la espera de que sea el propio PSOE quien frene a su líder, Pedro Sánchez, en sus pretensiones de pactar con Podemos. Rajoy ha mantenido conversaciones con la vieja guardia socialista, mientras Sánchez habla con Albert Rivera y Pablo Iglesias pero aplaza la negociación para conformar un gobierno de izquierdas y rechaza el “chantaje” de Podemos.
“Estamos esperando a más voces como ésta”, señala un destacado dirigente del PP en alusión al texto que Alfredo Pérez Rubalcaba colgó el viernes en Facebook criticando el tono, las formas y el fondo de la propuesta de gobierno de coalición que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, lanzó al socialista Pedro Sánchez.
La política española se ha convertido en un gran tablero de ajedrez y Mariano Rajoy ha decidido ganar tiempo con la esperanza de que el Comité Federal del PSOE del día 30 eche abajo las pretensiones de Sánchez de ir a un debate de investidura con el respaldo de Iglesias.
Fuentes de Moncloa aseguran que Rajoy no pensó en ningún momento acudir el primero y sin apoyos a pedir la confianza del Congreso, desmintiendo hasta al propio presidente en funciones, que dio a entender que sí lo haría. Pero si hubo o no debate en cuanto a la conveniencia de someterse al debate parlamentario, las dudas se despejaron en cuanto Iglesias propuso a Sánchez, en un gran movimiento táctico, un Ejecutivo de coalición con él de vicepresidente y las mejores carteras ministeriales.
En todo momento, la estrategia de Rajoy ha sido la de mantenerse en un segundo plano mientras el PSOE se sumía en sus contradicciones. No lo hacía del todo a ciegas. En este tiempo parece que ha mantenido distintas conversaciones con miembros destacados de la vieja guarda socialista como el ex presidente Felipe González, además de Alfredo Pérez Rubalcaba y José Bono, todos ellos refractarios a un acuerdo que deje al PSOE en manos de Podemos.
Es más, no es descartable que el deseo formulado al inicio de estas líneas por ese alto dirigente del PP se cumpla y González diga en primera persona lo que viene hablando desde hace semanas en conversaciones privadas: el abrazo del oso que supone para el proyecto socialista un pacto con quien quiere mandar a los libros de historia al partido centenario.
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Ha mantenido conversaciones con la vieja guardia socialista, mientras Sánchez habla ya con Iglesias y Rivera
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La segunda ronda de conversaciones que abrirá el Rey el miércoles no culminará hasta la próxima semana, esto es, tras la reunión del Comité Federal socialista, que se prevé muy complicado para Sánchez. No sólo pueden dictarle aún más condiciones y límites para un acercamiento a Podemos sino, incluso, forzar la convocatoria inmediata de un congreso federal para descabalgarle del liderazgo.
“Quizá, después de esta segunda ronda, la situación sea muy diferente”, apuntan en este caso fuentes de Moncloa, sin descartar, incluso que algunos diputados socialistas “pudieran romper la disciplina de voto para impedir la investidura de Sánchez llegado el caso”. Y pensando en su propio sector crítico, los mismos medios aseguran tajantes que “si hay un candidato a la investidura por parte del PP ese será Rajoy y si hay repetición electoral –que es el escenario menos malo para Moncloa–, el candidato será Rajoy, no hay duda en torno a eso”. Que tome nota Esperanza Aguirre.
Mientras tanto, Sánchez ha respondido al golpe estratégico de Rajoy aplazando formalmente las negociaciones para la construcción de una alternativa de izquierdas, aunque este sábado habló con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y el domingo a última hora con el propio Iglesias tras mandarle un mensaje. A éste le transmitió su “desagrado” por los términos en que presentó su oferta de gobierno de coalición, la misma que Moncloa quiere que naufrague para ir a unas nuevas elecciones.
Los intentos de que fuera Rajoy el primero en autoinmolarse ante el pleno del Congreso han resultado, de momento, baldíos, pero tampoco Sánchez quiere negociar “desde el chantaje y anteponiendo los intereses del partido a los de los ciudadanos”, el alusión al órdago de Podemos, según un comunicado del PSOE de este sábado.
Nada está escrito ni cerrado, por lo que no hay que descartar nuevos giros de guión.