La primera fase se llevó a cabo entre 2011 y 2015.
Tamara Fariñas. Madrid
La FIIAPP se encargará de la segunda fase del COPOLAD, el proyecto de cooperación en materia de drogas de la Unión Europea con los países de la Comunidad de Estados de América Latina y Caribe (CELAC) para los próximos cuatro años, tras haber liderado ya el trabajo en esta materia entre 2011 y 2015.
Tras lograr mejorar las políticas vinculadas a las drogas tanto en coherencia y equilibrio como en su impacto a través del intercambio de experiencias —práctica habitual en los proyectos liderados por esta organización—, la coordinación y el impulso de respuesta a nivel multisectorial e integral, la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas continuará con este proyecto en sus segunda fase, el COPOLAD-II, que se desarrollará durante los próximos cuatro años (2016-2020).
Durante la primera fase, la FIIAPP, con el apoyo económico de la Unión Europea —que aportará, para este período, 10 millones de euros— logró consolidar los Observatorios Nacionales de Drogas y ha favorecido la creación de sistemas de alerta temprana en Colombia, Costa Rica y Uruguay. Asimismo, la FIIAPP hace hincapié en los logros alcanzados en la definición de métodos de recogida de indicadores para comparar datos entre países y en la creación de la Biblioteca Iberoamericana sobre Drogas y Adicciones (BIDA).
[hr style=»single»]
La primera fase también sirvió a otros países para poder desarrollar una estrategia propia
[hr style=»single»]
En este sentido, Francisco Babín, delegado del Gobierno español para el Plan Nacional sobre Drogas, considera que BIDA «va a constituir, sin duda, una ayuda a la planificación y a la toma de decisiones». Además, Patricia Reyes, asesora de la Comisión Nacional contra las Adicciones mexicana, asegura que esto «va a permitir que todos tengamos no sólo acceso a la información sino también a seguir incrementando el propio acervo».
Aunque otros países llevarán su propia estrategia a cabo, como Chile en el período 2015-2025, la primera fase del proyecto, «la experiencia y lo que se discutió (…) ha sido relevante para tener nuestra propia mirada», según Lidia Amarales, exsubsecretaria de Salud Pública de Chile.