Oriol Junqueras, con Artur Mas en 2012./ Foto: CDC/Flickr.
Miguel Cifuentes. Madrid
Cataluña pierde credibilidad ante los mercados financieros internacionales con la llegada de Oriol Junqueras a la Vicepresidencia económica de la Generalitat. Su antecesor, el profesor Mas Colell, tenía un currículo brillante como profesor y economista de prestigio, con acreditada profesionalidad. El nuevo conseller de Economía es un historiador, con nulo currículo como economista o gestor y presenta un perfil fuertemente político, radical e ideologizado, en línea con el proceso secesionista de Cataluña.
Dicho de otro modo, Junqueras tiene un perfil “inapropiado” para presentarse ante los mercados financieros internacionales con garantías de respetabilidad. Es muy poco bagaje haber sido alcalde de Sant Vicenç dels Horts , una pequeña población del cinturón industrial de Barcelona, para dirigir las finanzas de una región como Cataluña. Así lo manifiestan a The Diplomat medios cercanos a los bancos de inversión Goldman Sachs y BNP Paris Bas y la agencia de calificación crediticia Fitch.
Este hecho podría ser irrelevante, si no fuera porque Cataluña tiene su deuda clasificada como “bono basura” desde 2.012 por las principales agencias de calificación crediticia del mundo. Por si fuera poco, tiene unas finanzas públicas tocadas, con una deuda del 34% de su PIB; una dependencia absoluta del FLA (Fondo de Liquidez Autonómica) del Gobierno de Madrid para mantener su autonomía, pagar nóminas y pensiones; y nulo acceso a los mercados financieros internacionales para colocar deuda pública u obtener financiación.
No es un dato menor la confianza que inspire quien sea el ministro de Economía de Cataluña, quien dirija sus finanzas públicas. Tampoco es irrelevante la credibilidad y solvencia que ofrezca a los inversores internacionales, tanto financieros como industriales. De hecho, la perspectiva negativa en los mercados de deuda pública y en las plazas financieras internacionales no ha hecho mas que agravarse desde el ilegal y fallido referéndum secesionista de 2014 y la reciente declaración de la hoja de ruta a la independencia del Parlamento, anulada por el Tribunal Constitucional.
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La falta de experiencia de Junqueras para ser vicepresidente económico acentúa los temores
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La credibilidad de Cataluña en los mercados financieros internacionales está fuertemente tocada desde 2012, cuando empieza la deriva soberanista. El nuevo Gobierno catalán, más radical que el anterior e igualmente secesionista, no ha ganado puntos ni tampoco un ápice de respetabilidad. Al menos, es lo que ha trascendido de recientes notas de análisis negativos de bancos como el británico Barclays o el suizo UBS a sus clientes de inversión.
Hay que recordar que las agencias Standard&Poor’s y Moody’s rebajaron la calificación de la deuda de Cataluña en 2012 a bono basura. Y el viernes pasado, Moody’s incluso rebajó aún más, a «negativo», el rating de Cataluña. Finalmente, la tercera agencia de prestigio internacional, Fitch, rebajó también a Cataluña a bono basura en noviembre de 2015, o sea calificación BB, con grado de NO inversión, por debajo del suelo en que tenia a la mayoría de las autonomías españolas. Fitch ha calificado de modo negativo la deriva de desacato, tanto de la Generalitat como del Parlamento catalán, ya que ello supone poner en riesgo el respaldo del Estado a sus finanzas y abocarlas a la máxima inestabilidad.
Las últimas manifestaciones de Junqueras sobre el futuro de la deuda de Cataluña no hacen más que aumentar la desconfianza de los inversores internacionales. Junqueras está haciendo “fantasiosas” declaraciones a medios catalanistas y a algún medio económico internacional, en el sentido de que “Cataluña es más solvente que España y que lo será como futuro Estado independiente”, sin aportar datos ni nada más que su palabra y su ideología nacionalista.
Junqueras hace afirmaciones insólitas en un ministro de Economía, muy graves si son producto de su ignorancia. Incurre en ignorancia o maldad al afirmar que Cataluña es más solvente que España. Los rating de deuda de España de Standard&Poor’s, Moody’s y Fitch le desmienten de manera absoluta. España tiene un rating BBB+ similar a Italia y tres escalones por encima de Caraluña, cuya deuda es calificada como bono basura.