Margallo, ayer, junto a Marcelino Oreja./ Foto: RM/La Razón
Tamara Fariñas. Madrid
El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, advirtió ayer del peligro que supone para España mantenerse en un período de «indefinición política» e insistió en la urgencia de un diálogo «con generosidad y amplitud de miras» con la vista puesta en el interés general del país.
Durante la presentación del libro Historia de la Política Exterior Española en los siglos XX y XXI, que tuvo lugar ayer en el Palacio de Viana de Madrid, el titular de Exteriores en funciones afirmó que España «no puede permitirse un período de indefinición política» e instó al diálogo entre las fuerzas políticas. No obstante, hizo hincapié en que si bien el PP está dispuesto a aceptar una reforma constitucional, ésta debe hacerse a impulso «de las fuerzas que participen de los principios y valores de la comunidad libre en que vivimos».
Asimismo, recalcó que estas fuerzas políticas deben asumir «las obligaciones que implica la pertenencia a la Unión Europea» y dejar explícito que «participan y comulgan con la lealtad constitucional» para poder estudiar dicha reforma, que definió como «posible» y «deseable». En este contexto, insistió en que todos los que intenten saltarse las normas, en clara referencia al partido de Pablo Iglesias, Podemos, llevarán al país al fracaso, y expresó su deseo de no ver un retroceso en Portugal por parte de la «coalición a la portuguesa» que, en palabras del ministro, «algunos quieren imitar» en España.
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«La reforma constitucional no debe interpretarse como una cesión a la presión separatista»
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En su intervención, en la que dio algunos detalles de la reforma constitucional de la que el actual presidente en funciones, Mariano Rajoy, «está dispuesto a hablar», aseguró que ésta «debe evitar ser interpretada como una cesión a la presión separatista», sino como una «actualización de los pactos de convivencia de 1978», aunque de ellos se pueda sobrevenir una solución al problema catalán.
No se olvidó el ministro de la cuestión del Brexit –la posible salida de Reino Unido del bloque europeo– y aprovechó para recordar en medio de su intervención, a la que asistió el embajador británico en España, Simon Manley, que se trata de un «importante socio» con el que España comparte «coincidencias importantes en libertad comercial y en competitividad». No obstante, insistió en que de no ser así, su salida de la UE deberá ser rápida «para que no se interprete como el inicio del fin» de la coalición europea.