Francisco, durante su cita ayer con los embajadores en el Vaticano.
Darío Menor. Ciudad del Vaticano
El mundo diplomático tiene una cita en la Sala Regia del Palacio Apostólico del Vaticano cada comienzo de enero con la audiencia que el Papa brinda a los embajadores acreditados ante la Santa Sede para felicitarles el año. Ayer, el Pontífice centró su intervención en el drama de la inmigración.
Ante los representantes de los 180 países que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede, Jorge Mario Bergoglio se refirió al problema migratorio y les invitó a “discernir sus causas, plantear soluciones, y vencer el miedo inevitable que acompaña un fenómeno tan consistente e imponente”.
El desafío al que Europa debe hacer frente es gigantesco, pues el flujo de inmigrantes y refugiados durante 2015 “no tiene precedentes en la historia reciente, ni siquiera al final de la Segunda Guerra Mundial”. Pese a ello, el Viejo Continente cuenta con “los instrumentos necesarios para defender la centralidad de la persona humana y encontrar un justo equilibrio entre el deber moral de tutelar los derechos de sus ciudadanos, por una parte, y, por otra, el de garantizar la asistencia y la acogida de los emigrantes”.
Para tener éxito en esta ingente labor el Papa pidió a Europa que se inspire “en su gran patrimonio cultural y religioso”.
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El Pontífice alabó el acuerdo entre las FARC y el Gobierno colombiano
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En su denuncia sobre la precariedad que encuentran en su huida muchos de los que huyen de “la miseria extrema, las guerras espantosas, las persecuciones y violaciones de los derechos humanos, o de la inestabilidad política o social”, Bergoglio lamentó que “a menudo” muchos de estos emigrantes se queden fuera de “los sistemas internacionales de protección en virtud de los acuerdos internacionales”. Consideró esta situación una muestra más de la “cultura del descarte” que tantas veces ha criticado.
Francisco dejó en su discurso un espacio para el optimismo. Celebró que en 2015 se firmaran “importantes acuerdos internaciones”, entre los que destacó el pacto nuclear iraní o la llamada COP21, la conferencia sobre cambio climático celebrada en París. “Son un buen augurio para el futuro”, dijo.
También alabó “los esfuerzos del pueblo colombiano para superar los conflictos del pasado y lograr la tan ansiada paz”. Lamentó por otro lado la escalada de tensión entre Arabia Saudí e Irán y el “preocupante ensayo militar realizado en la península coreana”.