El voto rogado fue una medida aprobada por el PSOE en 2011 con apoyo del PP.
Tamara Fariñas. Madrid
Casi el 94% de los españoles emigrados no votarán en las próximas elecciones, fijadas para el 20 de diciembre. La Junta Electoral y las ‘mareas granates’ atribuyen esta fuerte caída del voto a la reforma aprobada por el PSOE en 2011, con apoyo del PP, que dificulta el acceso al voto desde el exterior.
La cifra de expatriados que han cumplido el procedimiento para registrarse como votante desde el extranjero para el próximo 20-D es ligeramente superior a la de 2011, cuando rozó el 5%, pero si se compara con las cifras de las últimas elecciones en las que los emigrantes no tuvieron que rogar su voto, el dato es muy poco alentador. En 2008, 383.000 de los 1,2 millones de emigrantes pudieron votar, algo más del 31%; este año, sólo cerca de 115.000 de los casi 1,9 millones de expatriados tendrán derecho a voto: poco más del 6% de los españoles registrados en el exterior.
Según la propia Junta Electoral, existe lo que ha llamado «dificultades» para que los españoles residentes en el exterior puedan ejercer su derecho a voto, algo que ya alegó en las elecciones autonómicas del pasado 24 de mayo. Desde la Junta han asegurado ser conscientes «de las dificultades que plantea el ejercicio del derecho de sufragio de los españoles residentes en el exterior en los términos recogidos en la legislación vigente».
En 2011, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó, con el apoyo del PP y de CiU, la reforma electoral que obligaba a los españoles residentes en el exterior a rogar su voto en caso de elecciones. Desde entonces, para ejercer el derecho a voto hay que recorrer un largo y arduo camino burocrático que va desde el previo registro en el consulado pertinente —bien como temporal o como residente—, al ruego del voto para después, proceder al mismo, o por correo postal o yendo a la Embajada o consulado, en caso de estar habilitados.
Lanzan una campaña para que abstencionistas en España cedan su voto a emigrados
Desde la Marea Granate, constituida para denunciar esta situación, han criticado duramente que sólo ese 6% de los 1,8 millones de emigrantes que presentaron su solicitud —perdiendo su cobertura sanitaria en España, indican— hayan tenido «la suerte o la habilidad de completar la gymkana burocrática, el complicadísimo proceso de ruego de voto». Por ello han lanzado una campaña, #RescataMiVoto, con la que pretenden que los abstencionistas en España cedan su voto a todos los expatriados que no hayan superado el proceso de ruego.
Además de los plazos, la Marea Granate ha denunciado la falta de información y la inaccesibilidad por parte de los Consulados y Embajadas a la hora de ofrecer información sobre el procedimiento para votar desde el exterior.