La izquierda avisa que «tumbará» el programa del líder conservador./ Foto: Hugo Alexandre Cruz/Flickr
Cristina de la Hoz. Madrid
El presidente del Gobierno y candidato popular, Mariano Rajoy, insistirá en su campaña en el mensaje de que la posible unidad de la izquierda tradicional con la radical frente al triunfo del partido conservador, como puede suceder en Portugal, sería un elemento de «inestabilidad» que condicionaría la recuperación.
A Mariano Rajoy le ha salido un aliado inesperado para afrontar la campaña de las elecciones del 20 de diciembre y no es otro que el caos en que se ha instalado la política portuguesa tras los comicios del pasado 4 de octubre. Su estrategia de alertar del riesgo de una alianza entre la izquierda clásica, que aquí representa el PSOE, y la izquierda radical de Podemos, mas Izquierda Unida, está teniendo un campo de ensayo en el país vecino, que parece abocado a la repetición de las elecciones en un plazo de seis meses.
Tras aclarar Rajoy en el último comité ejecutivo de su partido que «el adversario es el PSOE», no se ha cansado de repetir que el partido de Pedro Sánchez «ha abandonado la centralidad » y que buscará un acuerdo con los radicales de izquierdas para desalojar al PP del poder tal y como ha hecho, por otra parte, en ayuntamientos y Comunidades de toda España.
Una coyuntura ante la que ha alertado por considerar que puede poner en peligro un escenario de estabilidad política necesario para la superación de la crisis. Sin embargo, lo que parecía un eslogan de campaña diseñado por el responsable de la misma, Jorge Moragas, y su sociólogo de cabecera, Pedro Arriola, ya en franca retirada, está teniendo su correlato en Portugal.
El candidato del PP insistirá en que la unidad de toda la izquierda para llegar al poder frenaría la recuperación
El triunfo de Passos Coelho por 107 diputados no ha resultado suficiente en un Parlamento cuya mayoría absoluta necesita de 116 escaños, como mínimo. Ello no ha impedido que el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, proclamara primer ministro al candidato conservador, lo que ha levantado en armas a las fuerzas de la izquierda de la cámara, que suman 122 votos. Por lo pronto, un socialista preside la Asamblea de la República y socialistas, comunistas y el llamado Bloque de la Izquierda, ya han avisado de que «tumbarán» el programa de gobierno del líder conservador.
En definitiva, Portugal puede verse obligada a repetir comicios en algo más de seis meses. Fuentes de Moncloa recuerdan que no sería la primera vez que el escenario político europeo afecta a la política nacional. Ocurrió con Grecia. El triunfo de Siryza, el fracaso de la negociación del nuevo rescate, la celebración del referéndum, la asunción de unas condiciones económicas -aún más duras- impuestas por la Comisión y el adelanto electoral, acabaron minando a Tsipras y, en buena medida, a su valedor en España: Podemos.
Ahora se trata de desactivar la posibilidad de un gobierno de partidos de izquierda capitaneados por el PSOE «lo que supondría un riesgo serio de inestabilidad política» a decir de fuentes próximas al presidente del Gobierno. No es necesario siquiera que Sánchez salga victorioso de las elecciones. De ahí, el guante que le lanzó hace días Rajoy cuando aseguró que no gobernaría en caso de no ser el más votado. El líder socialista no ha recogido ese guante.